Verde, que te quiero
Cactus altos, variedades de hojas largas y esbeltas, incluso árboles... Hoy no hay interiorismo interesante que deje de recurrir a las plantas. Me acuerdo de cuánto estaban infravaloradas hace la incluye en el paquete. Por no hablar del poto, ¡ahí va, el poto!, no conozco una planta más denostada. Es cierto que no faltaba en los pisos hippies de los sesenta, chicos y chicas melenudos llevando esta variedad a su experiencia libre. ¿Era porque se expandía rápido, vivía con poco y se compartía con un simple esqueje? Si lo analizas, encuentras también su sentido en ese momento social. ¿Y ahora? Ahora estamos ante dos tendencias: por un lado, la planta grande –arbórea o cactus, como mencionaba–, única, escultural y protagonista, y por otro, las agrupaciones de crasas de tamaño pequeño o medio, que apenas demandan riego y juntas se ayudan a crecer. ¿Será cuestión de una nueva mirada a la naturaleza?, ¿de los límites de espacio? Saquemos conclusiones.
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