ATRAVESAR LA LUZ
Dos focos de luz proyectada, un juego de espejos y una caja negra son suficientes para entrar (sí, están leyendo bien, entrar) en una de las obras de es la creación del prestigioso artista Anthony McCall (1946, St. Paul’s Cray, Inglaterra), pionero en el uso de la luz con cuya obra ha llenado espacios tan importantes como el Centre Pompidou de París, la Tate Britain de Londres o el Hirshhorn Museum de Washington. Con consigue sumergir al espectador en una atmósfera teatral, «híbrido entre lo etéreo y lo sólido», donde McCall recrea unos volúmenes a través del humo y la luz, y donde el reflejo es fundamental «pues la solidez de la luz se desdobla al ser proyectada sobre un espejo de grandes dimensiones que en cierto modo barroquiza la obra». Esta instalación, híbrida entre la escultura, el cine y el dibujo, plantea la inmaterialidad del objeto artístico y apela a nuestra percepción del espacio y sus diferentes planos. McCall asegura a Harper’s Bazaar que comenzó «allá por los 70 con las era algo muy sugestivo para mí, y luego me interesé mucho por el fuego. Pero me di cuenta de que quería preservar y documentar la obra y no trabajar en un mundo efímero. Cuando acabé mi primera película me percaté de que estaba realmente interesado en el cine. Entonces pensé si sería posible mezclar el cine con la y, desde 1973, no he cejado en mi empeño». es la primera muestra del artista en la madrileña Galería Cayón (Blanca de Navarra, 7) que se podrá visitar hasta el 29 de febrero y parte de su obra se podrá ver en ARCOmadrid, en el espacio Cayón.
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