EL GOLPE DE IKKI KITA
a crisis del 29 incrementó la desconfianza de buena parte de la población en la), máximo puntal del ultranacionalismo entre los intelectuales nipones. Sus tesis atrajeron a un buen número de jóvenes oficiales del ejército decepcionados con la democracia y así, apoyados en las ideas y el liderazgo moral de Ikki Kita, un grupo de estos oficiales exaltados perpetró un reaccionario en 1936 (asunto que trata la película de 1973 Golpe de Estado, dirigida por Yoshishige Yoshida), muestra clara de la inminente descomposición del régimen constitucional. La fallida conspiración fue desmantelada y Kita sería ejecutado al poco tiempo, pero la enfermedad ultranacionalista de la sociedad nipona era ya incurable.
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