El Imperio DEL SOL NACIENTE
PERIODISTA E HISTORIADOR
La espina dorsal de la política exterior japonesa durante los largos años del shogunato Tokugawa (1603-1868) fue un calculadísimo aislamiento de las perniciosas influencias culturales, sociales, económicas y comerciales de Occidente. La insularidad de Japón definió acusadamente su carácter, y en buena medida explica la eclosión ultranacionalista que habría de gestarse en las décadas finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
El país del Sol Naciente despertó violentamente de su letargo el 8 de julio de 1858, cuando cuatro buques estadounidenses armados hasta los dientes hicieron acto de presencia en la bahía de Edo. Bajo la amenaza de la fuerza, el shogún fue obligado a firmar el Tratado Harris, que finiquitaba el aislamiento nipón garantizando a los americanos la apertura de varios puertos para el comercio y la rúbrica de sendos “acuerdos desiguales” con Estados Unidos y Reino Unido; acuerdos que otorgaban a ambas naciones la extraterritorialidad en los puertos, lo que significaba que quedaban completamente al margen de las leyes niponas y la autoridad del shogún. La indignación social no se hizo esperar: semejante humillación no
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos