Eléctricas: del monopolio a la atomización
LA LIBERALIZACIÓN IMPULSADA HACE POCO MÁS DE VEINTE AÑOS HA SIDO UN ÉXITO. HA TRAÍDO UNA FUERTE INYECCIÓN DE CAPITAL EXTRANJERO.
NO HAY SECTOR EN ESPAÑA que haya sufrido una transformación de tal dimensión como la de las compañías energéticas, en general, y eléctricas en particular. Sus servicios como bienes básicos para toda la población han pasado por diferentes etapas y ahora, ante el coronavirus, son compañías fundamentales para la economía, como se está demostrando en las últimas semanas.
Pero, para llegar hasta este punto, el conjunto del sector ha vivido una transformación que aún sigue vigente y, sobre todo, que será mayor de cara al futuro para poder cumplir con los objetivos de descarbonización impulsados desde la Unión Europea para todos los Estados miembros a partir de 2030, y en cualquier caso, de cara a 2050, el año en el que se ha fijado el reto de emisiones ‘cero’ en todo el área europea.
Los cambios comenzaron precisamente ahora hace dos décadas con la aprobación de las leyes energéticas que supusieron
