EL LOBO DE MAASTRICHT
Entre sus hazañas está haber comprado un cuadro anónimo por 100.000 euros a Christie’s Madrid y después venderlo por dos millones y medio porque supo ver un Murillo. “Sabía que algo tan bello ponían luces dramáticas y Dj para acompañar sus tallas y cuadros. Ahora, Nicolás Cortés vuela en solitario pero sus ideas siguen la misma línea: exposiciones de santos con estética sado o videoarte con cuadros de Goya. Su última compra va a ser un bombazo: “Una estatua de mármol con el cuerpo, el peinado y los ropajes de la mujer de Luis XV pero con cara de mono, que encargó Madame de Pompadour [amante del rey] para ridiculizarla. Es una pieza fascinante, única”. Cortés ama la adrenalina. Compite con coches de carreras y cría en su finca de Salamanca águilas reales con las que hace cetrería: “Siempre estoy con el agua al cuello. En estas operaciones los bancos no me siguen, claro. Ahora que tengo 49 años me equivoco tres de cada diez veces. En mi juventud, la proporción era la contraria. He aprendido a dominar mi vanidad, la de creerme mejor cazador por encontrar lo barato. Ahora busco obras con magia, piezas buenas en si mismas. Y me va mejor”.
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