Potencia tu inmunidad
Una compañera se toma todos los días dos cápsulas de vitamina C y asegura que, gracias a eso, no se pone nunca enferma. «¡Tienes que probarlo!», dice. Mi madre apuesta por una ducha de agua fría a primera hora de la mañana. Y mis amigas discuten sobre si hacer ejercicio estando resfriada es bueno o malo. No falla: cada día surgen nuevos consejos para estimular, fortalecer y endurecer tus defensas. Pero para armar un escuadrón que proteja tu cuerpo, primero tienes que entender cómo funciona el sistema inmunológico. Este sofisticado mecanismo de protección (compuesto por células, órganos y tejidos) trabaja contra los patógenos invasivos (como bacterias, virus y hongos) de dos formas: una innata (inespecífica) y otra adquirida (específica). La primera es la barrera básica y actúa rápidamente a través de las células devoradoras y asesinas, luchando sobre todo contra las bacterias. Sin embargo, no está especializada en son los linfocitos, esos glóbulos blancos capaces de recordar al atacante y de formar una barrera de anticuerpos si se produce una segunda embestida. Hasta aquí los hechos. Pero, ¿es posible apoyar a este Sí. Se puede y se debe. Porque tan pronto como los patógenos superan el primer obstáculo, es importante activar el mayor número de defensas en el menor tiempo posible. Para ello, el cuerpo necesita nutrientes, incluyendo vitaminas y minerales. Si has pasado las últimas semanas viendo sólo Netflix y comiendo es más fácil que en el momento de hacer frente a una enfermedad tengas poca vitamina D y B. Para evitar que esto suceda, toma nota de los apoyos más importantes que puedes ofrecer al sistema inmunológico. Y sí, a partir de ahora, serás más fuerte.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos