EN BUENAS MANOS
Sin el pasado no habría presente, ni tampoco futuro». Domenico Dolce y Stefano Gabbana lo tienen claro, sus raíces y el sello no sólo forman parte de su, sino, además, haciéndoles presidir la pasarela, obrando su magia, puntada a puntada, en directo. «Ellos son los guardianes de las tradiciones y el saber hacer. Queríamos hablar sobre nuestra pasión por todo el trabajo hecho a mano y la atención a los detalles, reinterpretado desde un nuevo ángulo», explican los diseñadores. Este tributo es también a los orígenes de la casa y se materializa en una de sus colecciones más sobrias, reflejo de la que tiñe en tonos oscuros los sensuales diseños de los creadores; y del , que cobra vida a través del punto, el rey absoluto de la estación. Pero, si hablamos de los grandes emblemas de Dolce & Gabbana, tampoco puede faltar la sastrería: «Mi padre era sastre, así que crecí viéndole trabajar. Aprendí mucho», aclara Domenico. «Una prenda bien hecha es aquella en la que se cuida al milímetro cada costura. Tanto Stefano como yo, buscamos siempre la absoluta perfección». Y, sin duda, la han logrado una vez más.
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