ara encontrar el estudio fotográfico donde trabaja Gilles Bensimon en este gran edificio gris del oeste de Londres, sólo tienes que seguir una banda sonora de los años 80. Al empujar la puerta, todo parece sumirse en la oscuridad, excepto una larga figura que avanza hacia la luz, con pelo de sirena y una enorme sonrisa. Diez, veinte, treinta veces da los mismos pasos, guiada por la voz del fotógrafo, una leyenda que lleva décadas acompañado por estas cuatro letras: ELLE. No contento con haber firmado decenas de las portadas de la cabecera en Francia, Bensimon ha dirigido ELLE USA y, por cierto, fue marido de Elle Macpherson durante cinco años. Resulta contraintuitivo que una mujer cumpla las órdenes de su expareja, pero ¿acaso no es inesperado todo lo relacionado con esta top, siempre espectacular? Temíamos como algunas de sus colegas, así que nos acercamos: en las comisuras de los ojos y alrededor de la boca, pequeños atestiguan la D. O. de su extraordinaria belleza. Cuando le comenté que la chaqueta negra que se iba a poner estaba deshilachada en las muñecas, me contestó con una sonrisa inexpresiva: «¡Me encanta Dior!», y un pequeño guiño, sin juzgar a su equipo. Así es este prodigio de la moda. Pensábamos que era muy reservada, pero esta modelo y empresaria, en torno a la cual trabajan tantas personas –peluqueros, maquilladores, estilistas, fotógrafos...–, desde hace más de 40 años, es táctil, mimosa... De las que masajean los hombros de entre dos series de fotos. Elle Macpherson, acaba de cumplir 60 años, ¡y su discurso es tan inspirador como su carrera!
DULCES SESENTA
May 17, 2024
5 minutos
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