UNA TERAPIA GRATUITA
«Se dan abrazos gratis». ¿Qué no se ha topado con alguna persona portando ese cartel y se ha visto tentado a social de uso libre, una actitud proactiva y generosa que alcanza cotas tan singulares como las fiestas de abrazos de Kreuzberg. En este barrio berlinés la gente se cita para participar en una saludable orgía de abrazos y contacto físico exento, por principio, de contenido sexual. Algo lejos de ese abrazo grupal, años atrás se puso de moda la recaudación de donativos a cambio de abrazos por parte de ONGs o bien de grupos estudiantiles que buscaban financiación para sus viajes de fin de curso. En las antípodas de este enfoque está el explorado de forma pionera en EE UU, donde se han creado empresas que ofrecen sus servicios como abrazadores. Además de abrazos, el paquete incluye mimos, caricias y carantoñas diversas, siempre sin contenido sexual, de tal manera que los besos y el contacto con zonas erógenas está excluido. No es sexo ni pretende serlo, sino diálogo, proximidad y afecto a través del contacto físico. Lo llaman .
