EL CASO INGLÉS
Más por razones de prestigio que por verdadero convencimiento, la monarquía inglesa apoyó algunos viajes aislados, aunque resultaba, concedió en 1497 a (veneciano afincado en Bristol), una licencia para explorar las nuevas tierras del Atlántico septentrional. Los ingleses habían navegado a Irlanda e Islandia y, pese a que circulaban noticias de islas más al Oeste, el Atlántico norte no se había cruzado desde tiempos de los vikingos. En este primer viaje Caboto, a bordo del “Mathew" costeó la península del Labrador, la isla de Terranova y 300 leguas de litoral hacia el sur del continente. La corta duración del viaje (unos tres meses) hace poco factible lo que sostienen algunos autores que le hacen recorrer la costa norteamericana desde Labrador hasta Maine.
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