PLÁTANOS LA DULCE FRUTA NUTRITIVA
Una fruta viajera
El plátano acompañó al ser humano en sus migraciones desde los albores de la actual civilización. Algunos autores sitúan el crecimiento de los primeros bananeros en las densas selvas de los valles del sudeste asiático hace varios miles de años. Los chinos y los antiguos pueblos de Oriente Medio ya citaban al plátano en los más antiguos manuscritos que se conservan.
En todos ellos se exaltan sus propiedades tanto alimenticias como curativas; los primeros europeos que conocieron sus virtudes fueron los guerreros de Alejandro Magno durante una campaña en el sur de la India a finales del año 327 antes de nuestra era. Mucho más tarde, los mercaderes que traficaban por los mares del sudeste asiático con la compra de esclavos, especias y marfil, comenzaron a traer raíces de bananos para el África oriental, Oriente Medio y Europa.
Dos siglos después, el historiador romano Plinio relataba que los sabios de la India se sentaban a la sombra de los bananos, acompañando sus charlas filosóficas con la degustación de plátanos. Unos siglos más tarde, el gran botánico Linneo identificó y clasificó las variedades de bananos existentes en el mundo con el nombre de Musa sapientium (el fruto de los sabios), que hoy ha dado nombre a la familia de las musáceas.
Cuando navegantes españoles y portugueses conquistaron el Nuevo Mundo tuvieron la feliz idea de llevar en uno
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