HOLLYWOOD LAS PRIMERAS GOSSIP GIRLS
HISTORIADOR DEL CINE Y PERIODISTA
En la era del Hollywood clásico, buena parte del público de las salas de cine ansiaba, secretamente, espiar por el ojo de la cerradura la vida de las grandes estrellas, pero estas se mostraban casi siempre inaccesibles, instaladas en sus grandes mansiones dotadas de férreas medidas de seguridad. Las célebres columnistas de sociedad Hedda Hopper y Louella Parsons se hicieron populares divulgando a las masas chismorreos y secretos de alcoba que mostraban el lado más humano, y a veces defectuoso, de los “dioses” de la gran pantalla, y también soltando acusaciones e insinuaciones injustas que dañaron a muchas personas. Ambas contribuyeron a cimentar y hundir varias carreras cinematográficas. La repercusión que alcanzaron sus exclusivas fue, en ocasiones, un excelente medio promocional para los productores del Hollywood del star system, y en otras, un duro golpe para la taquilla. Por eso, aunque eran más bien odiadas y temidas, todos en la industria del cine sabían de la importancia de llevarse lo mejor posible con ellas.
El dramaturgo Arthur Miller dijo de Hopper y Parsons que eran un par de “matronas policiales”, que se “plantaron en los portales para mantener alejados a los pecadores, los antipatrióticos y los rebeldes contra la propiedad”. Efectivamente, ambas impusieron una determinada visión de cómo debía comportarse la gente del mundo del espectáculo y se embarcaron en diversas cruzadas morales y políticas, acordes con la ideología de los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense. Además, su labor periodística contribuyó a cimentar el tópico reduccionista que, en el seno de la sociedad patriarcal, vinculaba el mundo
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