Little Richard (1932-2020), campeón sin corona
Para la sociedad racista de los Estados Unidos a mediados de la década de los cincuenta, ser negro, homosexual y amante del Rock & Roll era un pecado, y Little Richard (Ricardito para los mexicanos) poseía las tres “agravantes”, por entonces, al menos para el hombre blanco, “políticamente correctas”.
Sin embargo, el bombazo onomatopéyico “¡A-guabapulúba/ aguapbam-búm!” al comienzo de la rola “Tutti Fruti” que estalló desde su garganta y pulmones –cuya letra tuvo que cambiar en 1955 porque la original invitaba al sexo anal–, convenció incluso al todavía güerito Elvis Presley (Tupelo, 1935-Graceland, 1977) para grabársela y proclamarse como el “indiscutible” Rey del Rock & Roll.
Dicha corona nobiliaria la reclamaría siempre para sí, de modos muy diversos, Little Richard, toda vez que “Tutti Fruti” es el tema de Rock & Roll que cambió la historia de la música popular, cuando en Nueva Orleáns lo grabó Ricardito con su teclado martilleante. Dijo:
“Yo soy la única cosa a la que han dejado fuera de la jugada… Agradezco que (la revista ) me coloque entre los 10 mejores artistas de todos los tiempos, pero ya no me importa quién sea el número uno ni el dos. Porque no va
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