Una de los nuestros
ALGUIEN PUEDE IMAGINARSE a un Porsche 911 con motor delantero? ¡Blasfemia!, ¡insulto!, ¡traición! serían las exclamaciones más suaves que podrían escucharse si algo así se presentara a los que aman a la marca germana.
Pues ese “sacrilegio” se perpetró en julio de 2019, justamente con el Porsche de los estadounidenses, el Chevrolet Corvette. Fue en julio cuando se lanzó comercialmente el C8, en derivación “Stingray”, octava generación del modelo equipado con un motor central. Se abandonaba así el motor delantero que había definido al Corvette desde su nacimiento en 1953. Aquél rugido grave del V8 americano que procedía desde el frontal llega ahora con sordina desde atrás.
¿Eres un purista aferrado a la tradición?¿ Te sientes ofendido? Tendrás que aceptarlo y cambiar. Como ha tenido que hacerlo profundamente General Motors , constructora de los otrora glamorosos Cadillac, desde que el gobierno estadounidense la rescató de la bancarrota entre 2009 y 2011. Han pasado nueve años y el lanzamiento del Corvette Stingray C8 podría ser el símbolo más emocional de esa transformación de la identidad, del obligado replanteo de la misión de
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