La epidemia de los falsos indígenas
MONTREAL.– El colonialismo canadiense no sólo es un asunto reservado a los libros de historia. De hecho, las relaciones entre el gobierno federal y los grupos autóctonos continúan rigiéndose por el “Acta India” de 1876. A su vez, distintos indicadores muestran los rezagos en esferas como la educación, la salud y el empleo para estos pueblos, los más desfavorecidos en el país como resultado de políticas desatinadas y discriminación.
Ottawa y los gobiernos provinciales han puesto en marcha programas para reducir estas brechas. Por ejemplo, becas universitarias, beneficios carcelarios y contratación prioritaria en ciertos puestos.
“No son privilegios otorgados a los grupos autóctonos. Por el contrario, son medidas exiguas de reparación, respaldadas por siglos de abuso y desprecio”, escribió hace unos días Edith Bélanger, columnista perteneciente a la tribu maliseet, en las páginas de Espaces Autochtones, una sección de noticias indígenas de la radio pública canadiense.
Sin embargo, algunas personas se hacen
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