PASTEQUEIROS LOS BRUJOS DE CRISTO
s medianoche en la pequeña iglesia de Santa Comba de Bértola. La luz de la luna apenas deja ver las siluetas de los participantes. Una mujer, de rodillas, mira a la imagen de la santa, que preside el templo. Frente a ella está el «pastequeiro», ataviado con una estola y con una cruz de Caravaca. Recita un ensalmo en el que, a veces en gallego y otras en latín, pretende conjurar todos los males de su paciente. Finalmente, la frase Pax Tecum (la paz sea contigo) se escucha en el atrio de la iglesia, a la vez que, mojando su mano en vino, hace la cruz sobre la frente de su paciente. El ritual ha terminado. Ahora comerán el pan y el vino que han traído, y las sobras se entregarán a las ánimas, con el fin de que ayuden a sanar las dolencias de la pobre mujer, que deberá permanecer en ayunas para que el rito sea efectivo. Si todo va bien, ese malestar que la acompaña desaparecerá y podrá
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