PODEMOS SALVAR EL MUNDO ANTES DE CENAR
Este es el segundo libro de no ficción de Jonathan Safran Foer (Washington, 1977), tras el éxito de Comer animales, del cual el año pasado se estrenó el documental producido por Natalie Portman. El nuevo libro contiene una reveladora recopilación de ensayos que expresan al mismo tiempo desesperación y esperanza en torno a la crisis climática.
El texto se centra las decisiones personales. En no aplazar más el «seamos buenos, pero no todavía» en lo tocante a persuadir a todo el mundo, a toda la población posible, de que consuman menos productos de origen animal.
En este sentido, Safran Foer es realista: nadie puede pretender que todo el mundo se haga vegano al día siguiente. Pero nos descubre que este es el cambio individual más decisivo que pueden realizar los ciudadanos vorazmente carnívoros para resolver el problema del CO2. Vamos a verlo en sus propias palabras.
Carne, lácteos y huevos
Basta tocar el tema de la carne, los lácteos y los huevos para que todo el mundo se ponga a la defensiva. Es algo que causa mucha animadversión. A nadie que no sea vegano le apetece hablar de ello, y las ganas de los veganos pueden resultar contraproducentes. Pero no habrá menor esperanza de resolver el cambio climático si no se puede hablar a las claras de aquello que lo está causando, así como de nuestro potencial, de nuestros límites, para reaccionar y cambiar. No podremos salvar el planeta a menos que reduzcamos considerablemente nuestro consumo de productos animales.
Es una propuesta difícil, tanto por lo delicado del asunto como por el sacrificio que supone. A la mayoría de la gente le gusta el olor y el sabor de la carne, los productos lácteos y los huevos. La mayoría aprecia el lugar que los productos de origen
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