La vida y la muerte de Lowrider: Cómo la revista de coches chicana dio forma a California
LOS ÁNGELES — A Jerry Navarro no le importaba tener unteléfono cuando era niño. Él quería un coche. Pero lo que realmente quería eraun lowrider: un Chevrolet Impalablanco de 1958 descapotable con capota dura e interior rojo.
Así que empezó a leer la revista Lowrider alrededor de 1985en su ciudad natal del Este de Los Ángeles para satisfacer sus fantasías de serdueño de un coche. Más tarde, cuando comenzó a trabajar en la industriaautomotriz, la revista se convirtió en una rica y vital fuente de informaciónsobre el mundo de los autos.
"Querías ver cuál era el coche más de moda, quiénvendía qué, qué neumáticos eran los mejores y quién fabricaba un buen interior.En aquel entonces no había teléfonos (inteligentes),
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