12 millones de pastillas y 700 muertes: cómo unas pocas distribuidoras de pastillas ayudaron a avivar el infierno de opioides de EU
KNOXVILLE, Tenn. — Poco después de asumir el
cargo de director médico del Centro de Cirugía y Atención de Urgencias en el
este de Tennessee en 2012, el doctor Marc Valley se dio cuenta de que estaba
supervisando a traficantes de drogas ilegales en batas blancas.
Pelotones de
pacientes socializaban en el estacionamiento, ninguno aparentemente herido. La atestada
sala de espera se hacía eco de las charlas sobre cómo y dónde obtener los
analgésicos conocidos como opioides.
Valley descubrió
que el personal de la clínica no examinaba detenidamente a los pacientes. Algunos
historiales ni siquiera incluían un diagnóstico o nivel de dolor; sin embargo,
todos los pacientes parecían recibir la misma dosis de opioides potentes.
Le preocupaba que
docenas corrieran el riesgo de morir por sobredosis. Se quejó ante la gerencia
y trató de frenar la mala práctica, pero los operadores lo ignoraron. Su única
preocupación, dijo, era el dinero que entraba.
Renunció después de
tres meses, convencido de que estaba administrando una distribuidora de
pastillas ilícitas, no una clínica legítima.
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