PEQUEÑA HISTORIA DE LA AROMATERAPIA LOS ACEITES ESENCIALES A LO LARGO DEL TIEMPO
UNA NUEVA TERAPIA ANTIGUA. DE LA PREHISTORIA A NUESTROS DÍAS
El uso actual de los aceites esenciales y la aromaterapia se practica con este nombre desde hace unas décadas, pero el uso de plantas medicinales y sus derivados en la vida cotidiana para remediar males y superar estados emocionales difíciles se ha practicado casi desde los albores del ser humano. Durante miles de años, las plantas medicinales han sido el gran recurso de las diferentes culturas para elaborar remedios curativos y cosméticos.
Sin embargo, el siglo XX trajo consigo el desarrollo de la química y la capacidad de sintetizar en un laboratorio los principios activos de las plantas. Con ello llegó la creación de medicamentos sintéticos y el desarrollo de la industria farmacéutica y la medicina moderna, a quienes debe tanto la humanidad. A partir de entonces se pudieron curar enfermedades que habían sido imbatibles durante siglos, sobre todo las infecciones.
Este gran éxito de la medicina convencional relegó a un segundo plano la medicina natural que, durante milenios, había tenido un papel esencial. Un olvido que provocó la casi desaparición de muchas terapias naturales. En la actualidad, la sociedad está volviendo a apreciar en su justa medida los remedios naturales, y médicos, investigadores y farmacéuticos de todo el mundo vuelven a interesarse por los recursos naturales y las plantas medicinales.
Además, los pacientes los consideran muchas veces como la mejor opción para curar o paliar las molestias cotidianas y no tener que recurrir a los fármacos y sus efectos secundarios. Todo ello nos lleva a afirmar que la sana tendencia actual es llegar a compaginar todas y cada una de las terapias existentes para conseguir un único objetivo: nuestro bienestar.
EL FUEGO
Desde hace miles de años los humanos hemos aprovechado el poder curativo de las plantas y algunas maderas; con el descubrimiento, como el del humo de las plantas. Aunque sus virtudes curativas se han ido descubriendo gradualmente con el paso de los siglos, el ser humano empezó desde muy pronto a utilizar el humo procedente de distintas maderas para conseguir determinados efectos terapéuticos o para influir sobre el estado de ánimo. En Europa no existían árboles de resina aromática, por eso se cree que los primeros asentamientos humanos utilizaron hierbas (romero, tomillo) para hacer incienso.
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