MALDICIONES ANCESTRALES MAL DE OJO
Se cree que el mal de ojo es hereditario y que puede hacerse de forma intencionada, inspirada por la malicia, o actuar de forma involuntaria. En este último caso el infortunado poseedor es un transmisor inconsciente que obra contra su voluntad y hasta puede llegar a perjudicarse a sí mismo si contempla su imagen en un espejo o en una corriente de agua. En la Encyclopaedia of Superstitions, Christina Hole menciona el caso de un habitante de York cuyos ojos poseían tal potencia que tenía necesidad de dirigir “la primera mirada de la mañana” (generalmente la más letal) sobre un peral que se fue marchitando gradualmente hasta secarse del todo.
En muchas culturas, se hacía portadores del mal de ojo a jorobados, bizcos, tuertos, enanos o personas de suma fealdad. Algunos estados fisiológicos en las mujeres como el embarazo, la menopausia o la menstruación también se reputaban como igualmente peligrosos y dañinos.
La creencia en el mal de ojo aparece atestiguada en la Biblia y en los escritos griegos y romanos de la Antigüedad. Ni la ciencia ni la religión han sido capaces de erradicarla y se sigue creyendo que puede afectar a la paz familiar, a la salud, a la pérdida de los bienes materiales y, sobre todo,
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