EL DESCONCIERTO
BEGOÑA HUERTAS
RATA, EPÍLOGOS DE NATALIA CARRERO Y JAVIER AZPEITIA, 205 PP., 19 €
«De repente un manotazo y las piezas por los suelos». Con esta imagen tan gráfica ilustra Begoña Huertas (Gijón, 1965) un acontecimiento que quienes tenemos la suerte de no haberlo vivido, hemos leído más de una vez: a alguien le anuncian que tiene cáncer. Si ese alguien es escritor/a de Susan Sontag. O un diario personal esforzadamente optimista, como de Mariela Michelena. O un de artículos tremendos (por lo que cuenta) pero apresurados, como de Christopher Hitchens. O un relato autobiográfico retrospectivo, analítico y gélido, como de Raquel Taranillo.... O hasta una colección de relatos humorísticos (sí, humorísticos) como de Elisabeth Gille (no traducido; diré entre paréntesis que Gille, a quien conocí en los 90 cuando ambas éramos editoras, era hija de Irène Némirovsky, y que no sobrevivió al cáncer de fumadora que narra en su libro).
