Pequeños recursos caseros
AGUA
Cuando se está quemando la comida: para remediar el daño, hay que poner la olla (que no ha de ser esmaltada, pues se rompería) rápidamente en agua fría. De esta forma se puede quitar fácilmente la parte superior, que no se ha quemado, ya que la capa inferior quemada se asienta en el fondo. Los alimentos que hayamos podido salvar se seguirán cociendo en otra olla.
Si se ha evaporado demasiada agua: al preparar alimentos hervidos puede que se haya evaporado demasiada agua. En ese caso no hay que añadir agua fría, pues algunos, como los guisantes, ya no se ablandan. Además, al añadir agua fría, el agua de la olla deja de hervir, con lo que se necesitará más tiempo para concluir la cocción con un gasto energético innecesario.
ALMENDRAS
Para quitar la piel de las almendras verteremos agua hirviendo por encima. Para pelar los tomates, antes de ponerlos en un colador y sumergirlos en agua hirviendo, hay que practicar unos cortes en forma de cruz para que sea aún más fácil pelarlos.
ARROZ
Para que el arroz no se pegue, hay que echarlo cuando el agua esté hirviendo para que al almidón no le de tiempo a extenderse. Si, pese a adoptar esta precaución, sucede, resulta muy fácil despegarlo. Para ello, basta con sumergirlo en agua fría a fin de eliminar el almidón. A continuación, se escurre bien, se extiende en una fuente grande y se mete en el horno, sin olvidar moverlo con un tenedor mientras se calienta para que los granos del fondo no conserven la humedad.
CEBOLLA
Existen varias posibilidades para no derramar lágrimas mientras pelamos y cortamos cebollas: 1) cortarlas bajo el chorro del grifo (si se trata de
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