Es uno de los Santos Padres más celebrados de la Iglesia Oriental Antigua. Fue, durante 32 años, patriarca de Alejandría, ciudad en que confluían el paganismo, el judaísmo y el cristianismo; ciudad puesta al frente de todo el Egipto en lo político y en lo eclesiástico. Su doctrina cristológica le hicieron acreedor de la veneración de la Iglesia Universal. Se le conoce como el Santo de la Maternidad Divina de María.