Santa María Goretti fue una niña que vivió una infancia pobre y difícil, ayudando a su madre en las labores de la casa, sin educación y laborando en el campo, aunque siempre distinguió por su piedad. Antes de cumplir doce años, murió en defensa de su castidad a causa de las puñaladas que le asestó un joven que intentaba violarla cuando se hallaba sola en su casa, pero exclamando, en su agonía, que lo perdonaba, siendo la salvación de su agresor su mayor preocupación. Murió en 1902.