Cada año, el Sol, en su movimiento en la esfera celeste, cruza el ecuador terrestre por el norte. Ese día, el día y la noche son iguales (equinoccio = noches iguales) y las temperaturas son suaves, ni frías ni calurosas, ni secas ni excesivamente húmedas.
Por esta razón, a menudo se ha utilizado la imagen de una balanza para representar uno de los aspectos de esta época del año que contiene "un cierto equilibrio" de las fuerzas naturales. Se trata del sector comprendido entre los grados 180 y 210 del sistema eclíptico.
Así, Libra representa el Aire (principios húmedos y cálidos) Cardinal (primer mes de una estación determinada). En los estudios de astrología individual, el signo significa un esfuerzo por trascender un universo dividido: es la unión entre el "yo" y otros individuos, haciendo posible la comprensión, el placer, las ventajas de relacionarse con otras personas, ya sea en la vida amorosa, social o profesional.
En este contexto, se genera una vibración única que hace que el "yo" solitario escape de su prisión interior al reconocer y aprender a interactuar con el otre. Al menos como posibilidad, tenemos en este componente la idea de percibirnos a nosotros mismos a través de los ojos del otre, aunque esto pueda parecer una amenaza para nuestra individualidad.
Los seis primeros signos del zodíaco parecen estar relacionados con procesos fundamentales y básicos de la existencia. Aries (lucha), Tauro (comer y guardar), Géminis (reciclar e intercambiar), Cáncer (protección atávica y familiar), Leo (individuación) y Virgo (trabajo, rutina, día a día).
Los seis siguientes (de Libra a Piscis) representan tu atención vuelta hacia el exterior, hacia el mundo y la humanidad en su conjunto. Son los llamados signos sociales.
Estos signos son más sofisticados. Una vez superadas las etapas más básicas, vemos cómo la humanidad puede desarrollar valores más complejos como la política, los modelos sociales, los medios de producción, la filosofía, la ciencia y la metafísica o espiritualidad (trascendencia y origen del yo).