¿Quién establece tu identidad, que es lo que le da forma a tu vida?  A los ojos de Dios, somos apreciados por nuestra misma esencia, independientemente de nuestros éxitos o fracasos. Aceptar nuestro valor intrínseco nos empodera para vivir auténticamente, extender la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás, y caminar con un sentido de propósito. Mientras viajamos por la vida, que encontremos consuelo en la verdad inquebrantable de que somos verdaderamente conocidos, amados y valorados sin medida.