Asistimos a una época en la que pareciera que la persona que se enamora primero pierde. La advertencia es constante y sostenida: “No flashees amor”, "No me digas que te enganchaste? No te tenías que enganchar, es sólo juntarse a pasarla bien". 
La situación es esta: Te gusta alguien, parece que le gustás, no sabés si en el mismo sentido pero antes de plantearlo, te llamás a silencio, o bien demostrás un aparente desinterés, para que “no se note” ya que estamos modeladas por mensajes que nos señalan que cualquier signo de afecto puede ser leído como intensidad, urgencia o hasta desesperación. 
A medida que avanzamos en nuestra búsqueda de conexiones significativas con otras personas, muchas veces nos encontramos lidiando con el “miedo” a las consecuencias de mostrar interés durante el cortejo. ¿Es realmente miedo? ¿O será que los afectos se están volviendo el nuevo tabú?

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