Eugenio fue un humorista de éxito arrollador en los años 80. Salas de fiesta, casetes, televisión... su personal estilo de contar chistes marcó una época.

Ésa era su cara A.

Pero también tuvo su cara B, que nos lleva a reflexionar sobre lo que es realmente el éxito, y hasta qué punto debemos dejarnos deslumbrar por la apariencia.