Este 27 de octubre es, sin dudas, un día muy particular para mí. Parece que el número 27 está destinado a ser parte de mi vida, sin dudas. Un 27, pero de marzo (ya se cumplen 7 meses, quién lo diría) levantó vuelo eterno mi viejo; y este 27, pero de octubre, se cumplen 10 años de la muerte de Néstor Carlos Kirchner, quien fuera no sólo intendente de Río Gallegos, gobernador de Santa Cruz y presidente de la Nación, sino un ser distinto, un político de raza, de esos que se cuentan de a puñaditos apenas pero que son capaces de sembrar esa semilla tan increíble que es el compromiso, la responsabilidad, las ganas de transformar, las ganas de dar todas las peleas necesarias para procurar que quien menos tiene, alcance una mejor vida, más justa y libre. 
Por eso anoche, mientras pensaba en cómo decir lo que me pasa con Néstor (y digo "me pasa" porque lo siento siempre entre nosotros), recordé que ese 27/10/2010 había leído un poema escrito por un gran periodista, escritor y poeta, con quien me tocó compartir espacios radiales hace muchos años (casualmente durante la presidencia de Néstor Kirchner) y, bien de caradura, le pregunté si podía grabarlo, a modo de homenaje. Claramente si estoy escribiendo esta descripción es porque la respuesta fue un rotundo sí, por lo que le agradezco de corazón a Alejandro Tarruella no sólo haber escrito estos versos maravillosos, sino haberlos compartido conmigo para llevárselos a ustedes, a través de este podcast. Estoy seguro que les gustará.