Cuando empiezas en un nuevo trabajo, departamento o simplemente cambian tus funciones es normal que haya un «hueco» de conocimiento que te impide dar los resultados que te gustaría.



Es una curva de aprendizaje que a mayor sea más doloroso es el proceso o, al menos, más requiere de ti para ponerte al día y poder rellenar ese hueco de conocimiento o capacidades.





Por eso hoy quiero mostraros qué hacer en este tipo de situaciones que, por cierto, si no lo hacemos bien corremos el riesgo de no aportar tanto valor como deberíamos y que eso haga peligrar nuestro rendimiento y futuro en esa posición.



Así que como podéis ver este tema es más importante de lo que parece y más cuando estamos constantemente moviéndonos de un trabajo a otro.



Vamos con ello y yo aquí me despido.



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¡Hasta mañana!