Jesús en el desierto. Luego de asumir la humanidad plena en el bautismo, haciendo puente entre la realidad humana y su pecado para conectarla con Dios y su insistencia en brindarnos reconciliación, Jesús fue llevado al desierto por la vida de Dios, para ser tentado por el contrario, por Satán, por todo lo que es contrario de lo que Dios haía afirmado de Jesús, por todo lo que es contrario del proyecto del reinado de dios que Jesús representaba.  Desierto es cambio, es transformación, es trasnsición. En Jesús se nos invita a asumir el papel de hijos de Dios enfrentando los desiertos por todo lo que sea contrario del proyecto de la buena noticia.  También se nos hace saber, con esa imagen de Jesús en el desierto, que aunque estemos en una realidad hostil, Dios nos cuida, Dios nos ampara, Dios nos fortalece.

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