La mayoría de los seres humanos somos víctimas de las religiones. Religiones que dan un valor superior al estar en pareja para toda la vida en lugar de poder experimentar lo que por naturaleza viene al ser humano a cierta edad. En la adolescencia la energía sexual se despierta y, en lugar de permitir algo que es natural, es juzgado como sucio, impuro y reprimido. Pero, ¿cuándo la represión de lo natural ha traído algo bueno en la vida del ser humano? ¿Qué pasaría si nos permitimos vivir algo que viene naturalmente sin juicio y sin culpa?