9. Reorienta positivamente la fuerza de la sexualidad

Al crear Dios al hombre, al crearnos varón y mujer, puso en nosotros la fuerza de la sexualidad, la cual, orientada sabiamente, según el verdadero amor y el plan de Dios, en consonancia con el estado de vida de cada persona, es una fuerza transformadora de la propia vida y fuente de creatividad.
La virtud que encauza esta fuerza es La pureza, qué es vivida de modo de acuerdo con las diversas vocaciones a la que cada uno ha sido llamado, pero qué, en todo, hace que Dios sea el centro del propio corazón.
A medida que se vive la pureza como don de Dios y no principalmente como un esfuerzo de la propia voluntad, a medida que se la vive como un modo de amar y dejarse amar por Dios y por los hermanos, a medida que la energía sexual se dirige a la alabanza de Dios y al servicio del Reino, se alcanza un nivel más profundo y gozoso de amor a Dios, al prójimo y a la misión que Dios te ha asignado.

? 2 Samuel 22, 25 - 26: El Señor me premió, porque yo era justo y era inocente ante sus ojos. Tú eres bondadoso con los buenos y eres íntegro con el hombre intachable.

Padre Gustavo E. Jamut