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¡El amor no puede hacerse pues hecho ya está! Solo podemos fundirnos en él
¡El amor no puede hacerse pues hecho ya está! Solo podemos fundirnos en él
valoraciones:
Longitud:
6 minutos
Publicado:
7 feb 2024
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
?ENERGÍA
DEL DÍA
Febrero 7 / 13 KAN
Trecena:
Alquimia sexual: Poder creador
?¡El amor no puede hacerse pues hecho ya está! Solo podemos fundirnos en él.
LECCIÓN
353
Mis
ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un solo propósito: estar al
servicio de Cristo a fin de que Él pueda utilizarlos para bendecir al mundo con
milagros
1.
Padre, hoy le entrego a Cristo todo lo que es mío para que Él lo utilice de la
manera que sea más beneficiosa para el propósito que comparto con Él. Nada es
exclusivamente mío, pues Él y yo nos hemos unido en un propósito común. De este
modo, el aprendizaje casi ha llegado a su señalado final. Por un tiempo
colaboraré con Él en el logro de Su propósito. Luego me fundiré en mi Identidad
y reconoceré que Cristo no es sino mi Ser.
¿Qué
soy?
1.
Soy el Hijo de Dios, pleno, sano e íntegro, resplandeciente en el reflejo de Su
Amor. En mí Su creación se santifica y Se le garantiza vida eterna. En mí el
amor alcanza la perfección, el miedo es imposible y la dicha se establece sin
opuestos. Soy el santo hogar de Dios Mismo. Soy el Cielo donde Su Amor reside.
Soy Su santa Impecabilidad Misma, pues en mi pureza reside la Suya Propia.
2.
La necesidad de usar palabras está casi llegando a su fin ahora. Mas en los
últimos días de este año que tú y yo juntos le ofrecimos a Dios, hemos
encontrado un solo propósito, el cual compartimos. Y así, te uniste a mí, de
modo que lo que yo soy tú lo eres también. La verdad de lo que somos no es algo
de lo que se pueda hablar o describir con palabras. Podemos, sin embargo,
darnos cuenta de la función que tenemos aquí, y usar palabras para hablar de
ello así como para enseñarlo, si predicamos con el ejemplo.
3.
Somos los portadores de la salvación. Aceptamos nuestro papel como salvadores
del mundo, el cual se redime mediante nuestro perdón conjunto. Y al concederle
el regalo de nuestro perdón, éste se nos concede a nosotros. Vemos a todos como
nuestros hermanos, y percibimos todas las cosas como buenas y bondadosas. No
estamos interesados en ninguna función que se encuentre más allá del umbral del
Cielo. El conocimiento volverá a aflorar en nosotros cuando hayamos desempeñado
nuestro papel. Lo único que nos concierne ahora es dar la bienvenida a la
verdad.
4.
Nuestros son los ojos a través de los cuales la visión de Cristo ve un mundo
redimido de todo pensamiento de pecado. Nuestros, los oídos que oyen la Voz que
habla por Dios proclamar que el mundo es inocente. Nuestras, las mentes que se
unen conforme bendecimos al mundo. Y desde la unión que hemos alcanzado,
invitamos a todos nuestros hermanos a compartir nuestra paz y a consumar
nuestra dicha.
5.
Somos los santos mensajeros de Dios que hablan en Su Nombre, y que al llevar Su
Palabra a todos aquellos que Él nos envía, aprendemos que está impresa en
nuestros corazones. Y de esa forma, nuestras mentes cambian con respecto al
objetivo para el que vinimos y al que ahora procuramos servir. Le traemos
buenas nuevas al Hijo de Dios que pensó que sufría. Ahora ha sido redimido. Y
al ver las puertas del Cielo abiertas ante él, entrará y desaparecerá en el
Corazón de Dios.
DEL DÍA
Febrero 7 / 13 KAN
Trecena:
Alquimia sexual: Poder creador
?¡El amor no puede hacerse pues hecho ya está! Solo podemos fundirnos en él.
LECCIÓN
353
Mis
ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un solo propósito: estar al
servicio de Cristo a fin de que Él pueda utilizarlos para bendecir al mundo con
milagros
1.
Padre, hoy le entrego a Cristo todo lo que es mío para que Él lo utilice de la
manera que sea más beneficiosa para el propósito que comparto con Él. Nada es
exclusivamente mío, pues Él y yo nos hemos unido en un propósito común. De este
modo, el aprendizaje casi ha llegado a su señalado final. Por un tiempo
colaboraré con Él en el logro de Su propósito. Luego me fundiré en mi Identidad
y reconoceré que Cristo no es sino mi Ser.
¿Qué
soy?
1.
Soy el Hijo de Dios, pleno, sano e íntegro, resplandeciente en el reflejo de Su
Amor. En mí Su creación se santifica y Se le garantiza vida eterna. En mí el
amor alcanza la perfección, el miedo es imposible y la dicha se establece sin
opuestos. Soy el santo hogar de Dios Mismo. Soy el Cielo donde Su Amor reside.
Soy Su santa Impecabilidad Misma, pues en mi pureza reside la Suya Propia.
2.
La necesidad de usar palabras está casi llegando a su fin ahora. Mas en los
últimos días de este año que tú y yo juntos le ofrecimos a Dios, hemos
encontrado un solo propósito, el cual compartimos. Y así, te uniste a mí, de
modo que lo que yo soy tú lo eres también. La verdad de lo que somos no es algo
de lo que se pueda hablar o describir con palabras. Podemos, sin embargo,
darnos cuenta de la función que tenemos aquí, y usar palabras para hablar de
ello así como para enseñarlo, si predicamos con el ejemplo.
3.
Somos los portadores de la salvación. Aceptamos nuestro papel como salvadores
del mundo, el cual se redime mediante nuestro perdón conjunto. Y al concederle
el regalo de nuestro perdón, éste se nos concede a nosotros. Vemos a todos como
nuestros hermanos, y percibimos todas las cosas como buenas y bondadosas. No
estamos interesados en ninguna función que se encuentre más allá del umbral del
Cielo. El conocimiento volverá a aflorar en nosotros cuando hayamos desempeñado
nuestro papel. Lo único que nos concierne ahora es dar la bienvenida a la
verdad.
4.
Nuestros son los ojos a través de los cuales la visión de Cristo ve un mundo
redimido de todo pensamiento de pecado. Nuestros, los oídos que oyen la Voz que
habla por Dios proclamar que el mundo es inocente. Nuestras, las mentes que se
unen conforme bendecimos al mundo. Y desde la unión que hemos alcanzado,
invitamos a todos nuestros hermanos a compartir nuestra paz y a consumar
nuestra dicha.
5.
Somos los santos mensajeros de Dios que hablan en Su Nombre, y que al llevar Su
Palabra a todos aquellos que Él nos envía, aprendemos que está impresa en
nuestros corazones. Y de esa forma, nuestras mentes cambian con respecto al
objetivo para el que vinimos y al que ahora procuramos servir. Le traemos
buenas nuevas al Hijo de Dios que pensó que sufría. Ahora ha sido redimido. Y
al ver las puertas del Cielo abiertas ante él, entrará y desaparecerá en el
Corazón de Dios.
Publicado:
7 feb 2024
Formato:
Episodio de podcast
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