Fractura arquitectonica

Por Mauricio Tapia Vargas

Análisis que invita a poner punto final a las posturas “retro”, para mostrarnos horizontes más amplios donde la creatividad, el riesgo y la búsqueda encuentran un sitio primordial.

• Idioma: Español
• Editorial: Instituto Politécnico Nacional
• Fecha de lanzamiento: 30 nov 2023

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CONTENIDO

Introducción

1. Perspectiva de fractura

Inicio de ruptura

Influencia Mies Van Der Rohe

1000-9-90

2. Después del modernismo

Arte futurista

High Tech

Deconstructivismo

Nuevo estilo internacional

Grado cero

3. El futuro hoy

Y2K

Modelo pólder

Domótica

Arquitectura líquida

Bibliografía

INTRODUCCIÓN

En la actualidad existe una postura arquitectónica con una nueva sensibilidad que señala un cambio de dirección en los aspectos formales para la concepción del espacio.

El diseño arquitectónico destaca la naturaleza y el potencial de las cualidades dérmicas de las superficies, así como la explotación de todas las posibilidades morfológicas del espacio en función de su análisis tectónico y constructivo.

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Ópera de Cardiff. Bahía de Cardiff, Inglaterra, 1994. Arq. Zaha Hadid.

Aunado a todo ello, la globalización de fenómenos que afectan de manera (in)directa a la arquitectura se han permeado en el proceso de diseño y en la concepción del espacio, por lo que encontramos ejemplos de arquitectura con características similares en casi todo el mundo, reflejando el mismo grado de solución.

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Edificio central de BMW. Leipzig, Alemania, 2001-2005. Arq. Zaha Hadid.

En la química arquitectónica aparecen ingredientes como la transparencia, la luminiscencia, la desvanescencia, la deconstrucción y el cero absoluto, cuyo reflejo en una obra es el resultado ecléctico que genera una nueva corriente arquitectónica de alcance mundial que tiene origen en Europa (principalmente Holanda) y que funde la pasión anatómica del movimiento moderno, las metáforas mecánicas, la fascinación por la ingeniería y la preocupación excesiva por la piel de los edificios, es decir, el interés que también se centra en la envoltura, modificando la relación entre el cuerpo y el vestido, lo que se oculta y lo que se muestra, la opacidad y la transparencia.

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Domo Midzone Millennium. Greenwich, Londres, 1999. Arq. Zaha Hadid.

Cada época genera sus propios movimientos que reflejan, a su vez, las expresiones vivas estéticas de cada generación, es por ello que lo analizado señala los parámetros que considera la actual filosofía arquitectónica que pretende terminar con las posturas retro para mostrarnos horizontes más amplios en donde la creatividad, el riesgo y la búsqueda encuentran un sitio primordial.

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PERSPECTIVA DE FRACTURA

A principios del siglo XX, y tras una tendencia arquitectónica que retomaba los valores conceptuales y formales de épocas pasadas como la griega y la romana, el movimiento moderno propone una arquitectura desligada de su antepasado para tomar un camino nuevo que permita experimentar con la forma y con los materiales que se habían desarrollado en el siglo XIX tras la culminación de la revolución industrial.

El descubrimiento del acero como material de construcción permitía edificios más ligeros, más altos y con un grado de prefabricación que no tenía precedente. Además de que el siglo XX trajo consigo dos acontecimientos importantes que dieron pauta a la construcción o reconstrucción de ciudades completas: la Primera y Segunda Guerra Mundial.

Por ello, el movimiento moderno gestó en un periodo de casi 20 años las bases teóricas, constructivas y urbanas de las primeras ciudades del nuevo siglo. Los planteamientos de arquitectos norteamericanos como Hugh Ferris (conocido como El arquitecto de las tinieblas) o del poeta Filipo Marinetti,¹ en Italia, proporcionaron las primeras imágenes de lo que se concibió como las ciudades del futuro, pues plantearon circulaciones peatonales independientes a las vehiculares por medio de puentes que conectaban a todos los edificios; sectores específicos de la ciudad para trabajar, habitar, educarse y divertirse que vieron su propuesta final en los trabajos de los congresos del CIAM (Consejo Internacional de Arquitectura Moderna) y la llamada Carta de Atenas, que definió las características y exigencias con las que debía cumplir un asentamiento urbano para un desarrollo armónico.