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Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva: Teoría, Práctica Y Consejos
Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva: Teoría, Práctica Y Consejos
Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva: Teoría, Práctica Y Consejos
Libro electrónico217 páginas2 horas

Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva: Teoría, Práctica Y Consejos

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¿Estás buscando parejas sexual o románticamente compatibles? ¿Te sientes a veces inseguro o insegura de dar cierto paso o de expresar nuevas experiencias que quieres probar? ¿Desearías conocer más formas de conectarte contigo mismo o con tu pareja? Yael utiliza sucesos de su propia vida, y de colaboradores invitados, para ilustrar métodos e ideas que ayudan a vivir una vida sexualmente positiva y satisfactoria. La parte I de esta guía introductoria te ayuda a desarrollar la conciencia de ti mismo mediante una exploración de las distintas identidades y preferencias sexuales. Esta conciencia beneficia tu desarrollo personal y te prepara para encontrar parejas sexual y románticamente compatibles, al mismo tiempo que evitas aquellas que podrían llevarte a tener experiencias negativas. La Parte II se concentra en la comunicación y el consentimiento: cómo desarrollar las herramientas necesarias para expresar tus deseos y establecer tus límites respetando los de los demás. Finalmente, la Parte III ofrece un breve resumen de lo que necesitas saber e incluye recomendaciones para la exploración y el descubrimiento.
IdiomaEspañol
EditorialTektime
Fecha de lanzamiento25 feb 2020
ISBN9788835403135
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    Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva - Yael R Rosenstock Gonzalez

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    Guía Introductoria

    a una Sexualidad Positiva

    Teoría, práctica y consejos

    Por Yael Rosenstock

    Copyright © 2020 Yael Rosenstock

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida de ninguna forma por ningún motivo sin el permiso expreso y por escrito de la autora.

    Traducido al español por Mariela Pez Miana

    Editorial Kaleidoscope Vibrations, LLC

    Dedicación

    Este libro está dedicado a todas aquellas personas que han sentido vergüenza, confusión y temor en relación con el sexo y la sexualidad. Es para aquellos que han sufrido que se les llame puta, mojigata o mariquita. Para cualquiera que haya sido coaccionado, forzado o de alguna manera obligado a participar en una actividad sexual no deseada.

    Está pensado para todas aquellas personas que están tomando el control de su propia sexualidad. Para quienes están orgullosos de ser los seres sexuales que son, tal y como son, y para quienes quieren crear experiencias sexuales positivas con sus compañeros sexuales.

    Este libro está dedicado a todas las versiones de mí misma, las que he sido y las que seré: avergonzada, asustada, intimidada, confundida, herida, feroz, sexy, poderosa y reina.

    Prefacio

    Conocí a Yael Rosenstock cuando mi colega Diana Romero y yo estábamos dando un seminario íntimo en el Centro de Estudios de Posgrado CUNY sobre el bienestar sexual y reproductivo, las disparidades de la salud y la inequidad social. Éramos ocho mujeres cisgénero, pero con una amplia variedad de identidades sexuales y provenientes de distintos trasfondos educativos, étnicos, religiosos, de idioma y de clase, y con distintos estilos de vida fuera del aula que ahora ocupábamos. Estábamos comprometidas con el feminismo inclusivo y con trabajar para garantizar la mejor calidad de salud posible para la mayor cantidad de personas posible, siendo el nuestro un objetivo favorable al placer, diverso en cuanto a género y sexualmente no prescriptivo. Se trata en realidad de un objetivo práctico, incluso modesto, pero puede parecer inalcanzable e irreal a medida que se acumulan obstáculos políticos y económicos que dificultan su realización.

    Unido a estos compromisos y objetivos compartidos estaba el hecho de que todas éramos maestras trabajando juntas. Dos de nosotras estábamos allí como profesoras y seis como estudiantes, pero estábamos aprendiendo entre todas y entendiendo mejor cómo y por qué enseñar. El curso tenía el apoyo de la organización Futures Initiative que prepara educadores para ayudar a instructores de facultades y universidades públicas a llegar a más estudiantes y encontrar mayor gratificación en su trabajo; y estos objetivos conectados —enseñar, aprender, colaborar y esforzarse por cumplir en todos los sentidos— dieron forma a una increíble experiencia para todas nosotras durante el seminario. Se convirtió en una de esas preciosas experiencias educativas que resultan transformadoras. Todas contribuimos a aquel fenómeno, pero Yael fue una de las fuerzas más propulsoras, el catalizador que hizo que el seminario fuera particularmente significativo.

    Yael tiene una habilidad maravillosa para escuchar realmente lo que dicen quienes la rodean y para transmitirles sus ideas. Parece florecer cuando trabaja con otros y contribuye a crear debate. Durante nuestro seminario, asumió los distintos roles de simpatizante, asistente, estudiante, maestra, colega, crítica (cuando fue necesario), y amiga; y sé que, en su trabajo con los jóvenes, se vuelve su mentora y su guía. Es ese entusiasmo y esa capacidad natural para comunicarse, junto con su compromiso con la educación y con una mentalidad abierta, lo que la convierte en la persona ideal para escribir esta guía. Y se trata de una guía muy necesaria en estos tiempos.

    Vivimos en una época cultural de grandes posibilidades en la vida de muchas personas, con una sección creciente de una sociedad sofisticada que se muestra curiosa acerca de la sexualidad y del género, dotada de una mentalidad más abierta ante los muchos estilos de vida, relaciones y familias que los individuos pueden crear, con una mejor comprensión de cómo podrían ser la justicia social y la equidad en nuestras vidas íntimas y de por qué eso es importante. Sin embargo, todas estas posibilidades y crecimiento pueden también causar confusión e inestabilidad, y se enfrentan a una reacción política que parece querer silenciarlos, sofocarlos y dividirlos. Este puede convertirse en un terreno intimidante para muchos jóvenes (o incluso para personas mayores), y disponer de una guía práctica, informada y cuidadosa que lo abarque todo es un recurso invaluable. Yael es excelente para proporcionar conocimiento y claridad. Este libro ofrece información, sugerencias y pautas para ayudar a los lectores a encontrar y abogar por su propio placer y felicidad, y para tratar a sus compañeros sentimentales, y demás individuos, con amabilidad, honestidad y ética. Es una receta para el bienestar sexual y la salud personal.

    Soy maestra de profesión, una apasionada creyente en la búsqueda y la práctica de la salud pública como un factor esencial para una sociedad llena de personas seguras y bien informadas. El conocimiento realmente es poder, y, mediante esta guía, Yael está ofreciendo a sus lectores un camino verdaderamente útil para el empoderamiento personal y para una mejor salud. Creo que sabrán apreciar su voz cálida, reflexiva y llena de conocimiento tanto como yo.

    Dra. Ananya Mukherjea

    Prólogo

    Me considero un ser sexual prácticamente desde el primer día. Si bien no tengo recuerdos tempranos de masturbarme, tengo una larga historia de fantasear con actividades románticas y sexuales en pareja. Mis padres cuentan la anécdota de mi regreso a casa desde la casa de un vecino, cuando tenía 2 años, compartiendo alegremente la noticia de que acababa de recibir mi primer beso (léase: un roce de labios) de un niño mayor (5 años). Aquella experiencia alimentó años de fantasías, como lo documenta el diario esporádico que llevaba de niña, cuando me imaginaba, años después de que ese muchacho se hubiese mudado, nadando en una piscina y retozando con él.

    Mi segundo beso (léase: segundo roce labial) ocurrió en el jardín de infantes, en la primera fila de los bancos de la iglesia, donde mis compañeros de clase y yo comenzábamos las mañanas cinco días a la semana. Mientras todos se ponían de pie para la siguiente oración, mi amiguito y yo nos agachamos, nos besamos y nos incorporamos a los demás. Si bien mi primer beso con lengua no sucedería hasta muchos años después, experimenté muchos enamoramientos y mantuve ideas románticas en la cabeza acerca de las cosas que podrían ocurrir con los chicos que me gustaban (las fantasías con mujeres no aparecieron sino hasta más tarde). Al reflexionar ya de adulta, esta historia de fantasías, junto con las sensaciones de calor en la parte baja del vientre mientras miraba programas de televisión que reflejaban lo que ahora identifico como mis tendencias kinky, me llevaron a reconocer mi naturaleza sexual.

    [Advertencia de agresión sexual]

    Mi primer beso propiamente dicho ocurrió cuando tenía 14 años. Aunque era joven, ya me había creado un complejo acerca de mi sexualidad. Específicamente, me sentía retrasada en cuanto a mis compañeros por no haber recibido un beso de verdad. No ayudó para nada el hecho de que mi primer beso ocurriera con James¹, un muchacho que había tenido muchas novias y que compartió conmigo su reputación de ser excelente a la hora de besar, lo que me provocó ansiedad sobre mi propio desempeño y destreza. Desafortunadamente, compensé mi inexperiencia apresurándome hacia los actos sexuales. Mi novio, entusiasmado con la idea de que nos involucráramos en cualquier tipo de contacto sexual, comenzó a molestarme constantemente sobre cuándo iba a agraciarlo con su primera experiencia de sexo oral. Pero yo no estaba ni interesada ni preparada para ello. Lo había estado masturbando entre los estantes abandonados de una biblioteca cercana, y cuando estábamos solos en su casa, pero nunca había considerado completamente la idea de colocar mi boca alrededor de su pene. Durante un tiempo le resté importancia, descartando sus demandas y peticiones tan fácilmente como podía. Pero un día, James volvió a hacerme el reclamo mientras nos hallábamos en la última fila de butacas de un cine oscuro. Estaba cansada de rechazar constantemente sus peticiones y permanecí en silencio. Esta vez, no me salió la voz para decir que no. Estaba harta de tener que establecer límites repetidamente y de que no estuviesen siendo respetados. Mi silencio se interpretó como consentimiento, o casi consentimiento, y lo que ocurrió a continuación fue que empujó mi cabeza hacia su pene.

    Hasta el día de hoy lucho con denominarlo agresión. Podría haber resistido, podría haber seguido diciendo que no, o podría haberle mordido el pene lo más fuerte posible. Sin embargo, lo amaba, con ese amor intenso y cegador que acompaña a las primeras relaciones, así que sencillamente accedí. Aquello se convirtió en un recuerdo y en una relación traumáticos que me llevó años superar con los hombres que siguieron. De hecho, a través del proceso de escribir este libro y gracias al movimiento #metoo, descubrí que se trata de algo que todavía me afecta.

    [Fin de la advertencia]

    James representó mi primera lección difícil acerca del sexo coercitivo. Desafortunadamente, esa estuvo lejos de ser mi única experiencia sexual negativa. Tanto las experiencias negativas como las positivas me han ayudado a moldear el ser que soy hoy. Siempre he sido una fuente de información relacionada con el sexo para quienes me rodean y me percaté de que, al escribir esta guía, puedo aumentar mi impacto. Imagino un mundo libre de violencia sexual y lleno de personas empoderadas sexualmente. Esta guía, aunque escribirla me resulte doloroso, es una de mis contribuciones para esa visión.

    Este libro es para que las personas de cualquier identidad sexual aprendan a participar en relaciones sexuales estimulantes, consensuales y placenteras. Albergo la esperanza de que aquellos de nosotros que fuimos domesticados por la sociedad para ignorar nuestras necesidades encontremos algo de libertad a través de este libro. Para aquellos a quienes la sociedad enseñó que está bien ignorar las necesidades de los demás, espero también que este libro les ayude a reconocer la importancia de respetar y proteger a otros seres humanos, sin importar quiénes sean.

    «Womxn» es un término en inglés, creado para representar la inclusión de mujeres transexuales y mujeres de color/no blancas que han quedado, y continúan quedando, fuera de los movimientos feministas (blancos).

    Aunque mis narraciones personales, y aquellas de otros individuos, están marcadas por un género, las exposiciones, consejos, y recomendaciones que presento utilizan un lenguaje inclusivo para honrar las muchas formas en que amamos, nos aman, hacemos daño y nos hacen daño. Independientemente de su identidad sexual, cualquiera puede mostrarse agresivo, asertivo, pasivo o en papel de víctima, por lo tanto, no podemos borrar las experiencias de aquellos que no asumimos como víctimas potenciales. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que normalmente la violencia, sexual y de otra índole, es perpetrada por hombres cisgénero, y está mayormente dirigida contra las mujeres cisgénero y/o transgénero. Por lo tanto, debemos luchar de forma deliberada por la sexualidad positiva y por la eliminación de la violencia sexual.

    Agradezco a Mariela Pez Miana por su traducción de este libro y su trabajo para hacerlo lo más neutral posible en cuanto a género, a pesar de las limitaciones del español en ese aspecto. Agradeceremos las sugerencias de las personas que lean este libro y que escriban en lenguaje no sexista sobre temas trans y queer, de cara a mejorar el lenguaje inclusivo de este libro en futuras ediciones.


    1 Los nombres de los personajes y de los colaboradores han sido cambiados, a menos que hayan solicitado lo contrario.

    Agradecimientos

    Hay muchas personas que me han ayudado a llegar a este punto. Soy increíblemente afortunada de tener una familia que me apoya y un entorno laboral y amigos que creen en mí. También me he beneficiado del acceso a programas, trabajos y puestos voluntarios que me han servido para ampliar conocimientos sobre la sexualidad positiva y el trauma. Pero antes de mis experiencias, profesionales y personales, está mi madre, Miledy.

    El sexo en pareja era un tema del que hablábamos constantemente en nuestro hogar y sobre todo durante los trayectos en coche. Mamá estaba decidida a que sus tres hijas se sintieran preparadas cuando les tocara enfrentarse con cualquier situación sexual. Para mi madre, el sexo es algo hermoso cuando ocurre entre personas que se cuidan profundamente unas a otras de forma romántica. Aunque nunca alentó la actividad sexual en una relación temprana, aprecio el hecho de que nunca fingió que el sexo fuese privilegio de las parejas casadas. Fue realista al entender que no sería capaz de predecir cuándo ocurrirían nuestras primeras experiencias sexuales. En lugar de eso respondió a todas nuestras preguntas e insistió en que el tema del sexo era digno de debatirse. Sí que llegué a experimentar traumas sexuales, pero habría sido mucho peor si hubiese crecido en un hogar que ocultara información o que se avergonzara de mi sexualidad. Mi madre creó un espacio en el que me sentía cómoda haciendo preguntas y compartiendo mis experiencias. Ahora ayudo a crear ese mismo espacio para otros.

    Quiero agradecer a mi hermana Arielle, que, a pesar de nuestras diferencias, nunca duda en apoyarme. Incluso cuando no está de acuerdo conmigo, respalda mis opiniones en mi defensa y en la de otros cuando no estamos presentes para hacerlo por nosotros mismos. Estoy orgullosa de la mujer en la que se ha convertido. También presumo de ella, ¡pues es la maquilladora y fotógrafa a cargo de mi imagen como autora!

    Doy gracias a mis parejas sentimentales, actuales y anteriores, que han ayudado a dar forma a mis experiencias y me han llevado a este punto. Buenas o malas, esas experiencias me han puesto donde estoy hoy. Agradezco a la doctora Ananya Mukherjea no solo por escribir el prefacio, sino también por su apoyo constante a mi trabajo. Sus palabras me han ayudado a tener la confianza para compartir esto con todos ustedes.

    Este libro no habría sido posible sin el increíble equipo de edición que se reunió para apoyarme. Carmine Couloute, Marcia Suárez y David Dudovitz

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