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Observatorio de medios, comunicación y cultura
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Libro electrónico263 páginas4 horas

Observatorio de medios, comunicación y cultura

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Información de este libro electrónico

• Industrias culturales
• Sociedad de la Información
• Convergencia
• Mapa de medios
• Brecha tecnológica y digital
• Medios como formadores de opinión
• Mediatización de la política
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 jul 2020
ISBN9789878321417
Observatorio de medios, comunicación y cultura

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    Vista previa del libro

    Observatorio de medios, comunicación y cultura - Gabriela Pedranti

    Bibliografía

    Cómo usar este libro

    Este libro se ocupa de las temáticas más importantes y actuales en materia de comunicación y medios, en línea con las perspectivas y temas que aparecen en los contenidos curriculares en vigencia de las materias Observatorio de medios y Observatorio de comunicación, cultura y sociedad. Es por esto que surge esta propuesta con el nombre de Observatorio de medios, comunicación y cultura.

    Las autoras han trabajado desde una doble perspectiva: repasar y entender los elementos teóricos e históricos que definen nuestra relación con la comunicación y los medios; y por otro lado, reflexionar sobre el presente de estos ámbitos, para poder entender los cambios constantes y veloces que configuran nuestra actualidad comunicacional y mediática, con el objetivo global de ser consumidores y productores críticos de contenidos.

    Todos los textos y actividades de este libro están pensados como puntos de partida motivadores para que el docente y los alumnos las enriquezcan con temas de actualidad, que les interesen especialmente, etc. Con fines didácticos y de cumplimiento curricular, se indica a qué tipo de observatorio pertenece cada propuesta práctica, pero se pueden aprovechar y cruzar de un modo flexible, que enriquezca la experiencia.

    Cada capítulo tiene secciones especiales, para profundizar y llevar más allá la dinámica dentro y fuera del aula.

    Vocabulario

    Incluye conceptos que necesitan una mayor profundización.

    Para saber más ¿Sabías que…?

    Aportan información ampliatoria para fomentar la curiosidad.

    Lectura Lectura interactiva

    Amplían algún aspecto de los contenidos desde diferentes fuentes y voces.

    Ver, oír y pensar

    Trabaja con los contenidos a partir de recursos audiovisuales.

    Al final del libro, aparecen las referencias y fuentes (tanto impresas como digitales), que pueden ampliar lo que se plantea en este volumen.

    Capítulo 1

    Análisis de las industrias culturales

    Industrias culturales: una revisión teórica

    Muchas veces pensamos que las sociedades han llegado a comunicarse gracias a la tecnología que las rodea. Sin embargo, la necesidad de estar comunicados no fue primero que cada uno de los inventos. Podemos preguntarnos: ¿cómo se comunicaban las personas antes de que existiese el celular?, ¿cómo quedaban en una cita?, ¿cómo se comunicaban entre países de diferentes continentes antes de la creación del teléfono?, ¿podían, en todos los países, ver una película al mismo tiempo?, ¿se podían ver las fotos apenas se las tomaba?

    Hay algo que (hasta donde sabemos) diferencia a los seres humanos del resto de los animales: la cultura. En todos nuestros aspectos de la vida, creamos y hacemos cultura. ¿Y de qué hablamos cuando decimos producción cultural? De los sistemas de comunicación, lenguajes gráficos y sonoros, sistemas de reglas y códigos, que los hombres y mujeres han producido a lo largo de la historia.

    Los sistemas simbólicos (es decir, las formas de organizar el pensamiento y las creencias de una cultura o sociedad en un momento histórico determinado) se han adaptado a cada momento histórico y a cada sociedad. Y esto es así, porque es a partir de esa capacidad simbólica (es decir, la facultad de comunicarnos a través de ideas abstractas) los seres humanos podemos comunicarnos y vivir en sociedad. Sabemos leer el reloj, entendemos el uso del semáforo, el alfabeto... porque fuimos aprendiéndolo en un contexto social y temporal específico.

    La circulación y el intercambio de los objetos culturales y simbólicos habilitaron su permanencia en las sociedades a través del tiempo, conformando así identidades, relatos y prácticas como parte de las tradiciones de los pueblos. Es gracias a ellos que nos sentimos parte de la historia de un pueblo, una nación, un grupo de amigos, nuestra familia.

    Todas estas prácticas, objetos y tradiciones han sido transmitidos de generación en generación primero como historia oral, luego escrita en sistemas originarios (quipus, papiros, muros, escritos a mano, etc.), arte rupestre, artes plásticas y luego, a través publicaciones de distribución, gracias a la invención del libro de la imprenta de tipos móviles en 1450. Pero fue recién para principios del siglo XIX que se verifican cambios profundos en los sistemas de comunicación producto de las revoluciones industriales y los desarrollos tecnológicos: la imprenta a vapor, los diarios, periódicos, los primeros daguerrotipos, luego la fotografía, las revistas, el telégrafo, las primeras imágenes en movimiento que darían inicio al cine. Entre 1800 y 1900, nacieron los principales medios de comunicación que llegan hasta nuestros días y que su crecimiento dieron lugar a algo inédito: la industria cultural.

    Después de la Primera Guerra Mundial, y en especial a partir de 1950, en Europa y Estados Unidos, comenzó un proceso de expansión de la industria cultural y apertura de nuevos mercados para una creciente sociedad de consumo. El cine y la fotografía, en particular, se desarrollaron de manera exponencial y no tardaron en expandirse, por el mundo, los discos musicales, radioemisoras y radiorreceptores, revistas, televisión, publicidades y obras de arte (pinturas, obras literarias, piezas musicales, esculturas, entre otras). Este fenómeno llamó la atención de los intelectuales de la época, lo que dio origen a un campo de estudios sobre la cultura contemporánea, la circulación y consumo de los objetos culturales y el funcionamiento de los medios de comunicación masivos a nivel mundial.

    Cine de pueblo. Proyección en Inglaterra en 1940

    La Escuela de Frankfurt

    Una de las escuelas que inicia este tipo de estudios es la Escuela de Frankfurt (1923). Sus miembros eran seguidores de las teorías marxistas y el psicoanálisis, y en base a estas desarrollaban lecturas críticas y dialécticas sobre la realidad. Creían que debían analizar los fenómenos sociales siempre teniendo en cuenta los intereses contrapuestos de quienes poseen los medios de producción y quienes no, es decir, trabajadores y consumidores. Por lo tanto, su deber como intelectuales era develar estos intereses de las clases dominantes que se ponían en juego en un nuevo sistema industrial: la cultura como mercancía. Dos de los principales miembros de esta escuela alemana, Theodor Adorno y Max Horkheimer, introdujeron la idea de industria cultural, en su artículo La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas, en el libro Dialéctica del Iluminismo publicado en 1944.

    .

    Grupo de estudios de la Escuela de Frankfurt

    Con este nuevo concepto, los autores se refirieron a las técnicas capitalistas de reproducción industrial en la creación y difusión masiva de obras culturales, considerando que la reproducción del arte llevaría a la pérdida de su valor artístico por sobre su valor comercial. Criticaban el carácter dominante de la industria en cuanto a su inserción en el mercado y su poder de imponer determinados lenguajes o estereotipos. Por ejemplo, pensemos en el cine hollywoodense y su inserción en las pantallas nacionales, los grandes superhéroes construidos o la imagen heroica del ejército norteamericano en las guerras de Medio

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