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Fe Simple
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Libro electrónico178 páginas2 horas

Fe Simple

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Diariamente necesitamos ayuda, mucha ayuda. Gracias a Dios, esta ayuda está disponible. Dios, por Su gracia, ha bendecido a los creyentes con todo lo que necesitan en la vida. No intentamos ganarnos estas bendiciones, por el contrario simplemente las recibimos de parte de Dios como un regalo; lo recibimos por fe. La fe no es un tema complicado, pero no es algo que funciona automáticamente; existen pasos que deben seguirse para poder recibir de Dios. En Fe Simple, el Rev. Joel Siegel expone estos pasos tal cual se revelan en las páginas de la Escritura. Todo creyente debe seguir estos pasos y volverse una persona de fe, asegurándose de recibir todas las grandes bendiciones que el Señor nos ha ofrecido.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 ago 2018
ISBN9781386076391
Fe Simple
Autor

Joel Siegel

Faith in God’s Word, and constant reliance on the Holy Spirit have been the keys to success in the life and ministry of Rev. Joel Siegel. Raised and educated as a Jew, Joel Siegel, at age 18, had a life-transforming encounter with Christ that brought him true purpose and fulfillment.  Rev. Siegel began preaching and teaching the Word of God soon after he was saved in 1986. He entered full-time ministry in 1990, serving for three years as the music director for the gospel music group Truth. Truth’s road schedule took Joel and his wife Amy worldwide to over 300 cities a year, ministering in churches and on college campuses. From 1993 to 2000, Joel was the musical director for Rev. Kenneth E. Hagin’s RHEMA Singers & Band. In addition to assisting Rev. Hagin in his crusade meetings, Joel produced many music projects for the ministry, including his first solo release, Trust & Obey. From 2000 to 2011, Joel and Amy served as founding pastors of Good News Family Church in Orchard Park, NY. During this time, they were frequently asked to host shows for the TCT Christian Television Network. Joel regularly hosted their popular Ask The Pastor program. Rev. Siegel spends his time ministering to congregations in the U.S. and abroad, passionately endeavoring to fulfill his assignment to help lead this generation into the move of God that will usher in the return of Christ.  The Siegels make their home in Colorado. Joel oversees Faith Church Colorado in the town of Castle Rock, where Amy is lead pastor.  For music recordings, audio teaching series, books, and other resources, or to invite Rev. Joel to minister at a church or event, please visit siegelministries.org.

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    Fe Simple - Joel Siegel

    Prefacio

    Una tarde, estaba sentado al borde de mi cama, a punto de acostarme, cuando Dios me hablo. Su voz no era audible en lo natural, sin embargo era una voz fuerte y autoritaria. Esta voz retumbante en mi interior, con un tono dominante de proclamación, dijo dos palabras: Fe Viene. Aunque estas dos palabras no eran completamente extrañas para mi, seguía sorprendido por esta repentina visitación.

    De alguna manera sabía que había algo más que el Espíritu quería decir, así que rápidamente busque algo en que escribir. Tenía el presentimiento que esta frase era parte del bosquejo de algún sermón, el cual tendría diferentes puntos, y estaba en lo correcto. Tan pronto estuve listo para escribir, escuche otras tres frases -  más puntos para el sermón. Estas últimas tres frases fueron dichas en un tono ligeramente más suave que la primera frase. Estas fueron las cuatro frases que el Señor me compartió aquella noche:

    La Fe Viene

    La Fe Dice

    La Fe se Mueve

    La Fe Gana

    Mi padre espiritual, el Rev. Kenneth E. Hagin, solía decir que cuando Dios nos da un sermón, podemos predicarlo una y otra vez. Luego decía, de alguna manera bromeando, es casi imposible predicarlo una sola vez. Este sermón – desglosado a lo largo de este libro -  está basado en el bosquejo anterior, dado a mí por el Espíritu de Dios. Lo he predicado muchas veces, y pretendo seguir haciéndolo por el resto de mi vida, ya que los principios contenidos en estas cuatro frases han cambiado mi vida.   

    Capitulo 1 La Parte de Dios, Nuestra Parte

    La Biblia es un gran libro, lleno de grandes historias que sucedieron siglos atrás, pero en realidad, todas las historias son una sola. La Biblia es el libro de redención: la salvación del hombre del pecado y de los efectos del pecado. Desde la caída de Adán hasta la muerte y resurrección del Mesías, desde la salvación del pueblo de Israel en el Mar Rojo hasta la renovación de la tierra, las páginas de la Escritura hacen eco a un tema principal: Hemos sido liberados. Hemos sido redimidos. La razón por la que tenemos la Santa Escritura es para comprender como Dios logro nuestra redención; como El nos libero del problema en el que nosotros nos metimos.

    ¿Por qué tantas historias? ¿Por qué todas esas cartas y relatos? Porque, la redención no es algo que funciona por sí misma. No es automática. Existen componentes, los cuales deben funcionar en conjunto si deseamos que la redención funcione como debería hacerlo. La Biblia es nuestro manual de instrucción, nos enseña como funciona el gran plan de Dios de redención. Nos enseña como tomar nuestro lugar, hacer nuestra parte, y poseer lo que es nuestro.

    La Biblia es grande porque Dios es grande. Esto no significa, sin embargo, que las cosas de Dios son complicadas. Por el contrario, son simples. El componente necesario para acceder y disfrutar los beneficios de la redención son pocos y son simples, repetidos a lo largo de la Escritura con claridad y énfasis. (Aun con toda esa repetición, muchos siguen sin poder reconocer y cooperar con los principios de Dios.) Los componentes que hacen que la redención funcione pueden dividirse en dos categorías: la parte de Dios y la parte del hombre.

    Existe un lado de Dios y uno del hombre en toda transacción espiritual, sin embargo muchos se mantienen ignorantes de este hecho. Los líderes religiosos persistentemente anuncian la mentira de que no hay nada que podamos hacer acerca de las circunstancias en nuestra vida mas que dejarlo al cuidado del Dios omnisciente. Personas bien intencionadas (pero poco informadas) nos dicen que jamás podremos saber realmente cual será el resultado de las cosas, o como Dios va a actuar (si es que lo hace). Tales creencias son peligrosas, guiando a muchas personas dedicadas que aman a Dios a la derrota. Debemos renovar nuestra mente en las verdades de Dios, permitiendo que Su Palabra forme (y si es necesario reforme) nuestras creencias. Debemos establecernos en el hecho de que casi todo lo que Dios hace requiere la participación del hombre.

    Decimos que la redención se trata todo acerca de la salvación del pecado y los efectos del pecado. ¿Cuáles son esos efectos? Todo lo que produce muerte, destrucción, y corrupción. Todo lo que le roba al creyente el poder experimentar una calidad de vida abundante. Dos áreas en particular, la enfermedad y la pobreza, entraron a la tierra junto con el pecado y son parte de la maldición de la cual hemos sido redimidos. Gracias a Jesús, podemos escapar de las ataduras del pecado, la enfermedad y la pobreza, y en cambio disfrutar de justicia, salud y provisión plena.

    LA PARTE DE DIOS

    La parte de Dios en la redención fue la de proveer todo lo que necesitamos para tener una relación eterna con Él, y todo lo que necesitamos para tener éxito y victoria aquí en esta vida. No existe otro lugar donde veamos esta maravillosa provisión de manera más clara que en el verso más amado de la Escritura:

    Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    Juan 3:16

    Dios amo. Dios dio. El dar de Dios es la reacción de Su amor. (Seria certero decir que dar es la más alta expresión del amor.) Porque Dios nos amo, El nos dio todo lo que necesitamos. El nos amo para que pudiéramos tener. Aunque su amor hizo que la vida eterna estuviera disponible, vemos en este versículo que Su parte no es la única parte que se requiere. El hombre también tiene una parte. La última parte del verso nos muestra que es aquel que cree el que recibe, o posee, vida eterna. La parte de Dios y la parte del hombre trabajan en conjunto para que el hombre pueda tener lo que Dios dio.

    El dar de Dios (Su parte) tiene otro nombre en la Biblia: gracia. Cada parte de la gracia de Dios es igual de maravillosa como el famoso himno lo indica y es el tema principal a lo largo del Nuevo Testamento. La gracia es el fluir del amor de Dios en nosotros, y por medio de nosotros, trayendo Su habilidad y bendición a nuestra vida. Cuando piense acerca de la gracia de Dios, piense acerca del dar de Dios. La gracia da.

    Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

    Romanos 5:17

    Dios ha hecho abundante provisión para nuestras vidas por medio de Su gracia, pero note que Su gracia debe ser recibida. Cuando decimos que la gracia da, queremos decir exactamente eso, sin embargo el dar de Dios no hace Su provisión una realidad en nuestras vidas. Dar es tan solo una parte – un lado de la ecuación. Lo que Dios da debe ser recibido. Es solo cuando lo que Dios da es recibido, que Sus bendiciones se vuelven una realidad en nuestras vidas.

    NUESTRA PARTE

    Alguien puede comprarle un regalo y enviárselo a su casa, pero su dar no coloca el artículo dentro de su casa. Usted debe recibir el regalo al abrir la puerta, recoger el paquete, y llevarlo adentro de su casa. Usted no pago por él ni lo envió, pero usted tuvo que aceptarlo. Usted tuvo que recibir, o tomar, lo que fue dado. Funciona de igual manera con las cosas de Dios. Todo lo que Dios da, debe ser recibido. Si queremos que sus bendiciones se vuelvan una realidad en nuestras vidas, debemos descubrir lo que ha sido dado y tomar esas cosas en nuestra vida. Debemos recibirlo.

    La religión no reconoce la parte de recibir de nuestra redención. Los cristianos con mentalidad religiosa deciden creer que Dios lo hará todo; que Sus bendiciones simplemente caerán del cielo sobre nosotros, aparecerán mágicamente en nuestras vidas. Las creencias de las personas religiosas están alineadas con supersticiones y fantasías más que con los principios del cristianismo Bíblico. Si, Dios tiene una parte. De hecho, Su parte es por mucho la parte más difícil. El pago el precio para poner a nuestra disposición los beneficios de la redención para la eternidad. El ha hecho todo excepto nuestra parte, ya que El no puede forzar Sus bendiciones en nuestras vidas. Nosotros debemos hacer nuestra parte. Debemos recibir.

    Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

    Efesios 2:8-9

    La parte de Dios – dar – es llamada gracia. Nuestra parte – recibir – es llamada fe. La fe es la manera en la que el creyente recibe todo lo que Dios le ha dado. Es el acto de tomar la bendición que El nos ha enviado y llevarla a nuestra vida. Nuestra salvación, de hecho, todas las bendiciones de Dios, son dadas por Su gracia y recibidas por nuestra fe. La Gracia da. La Fe recibe.

    Los beneficios de la redención son nuestros para tomarlos. En muchas formas, la parte de Dios ya ha sido hecha. El ha llenado las alacenas de nuestra vida, por decirlo de alguna manera, con Sus bendiciones. Ahora depende de nosotros; es tiempo de hacer nuestra parte. Debemos, por fe, recibir todo lo que El nos ha dado. Las grandes bendiciones de Dios están a la puerta de nuestra vida, esperando para que por fe las tomemos y las llevemos dentro de nuestras vidas. Nuestro trabajo, por el resto de nuestra vida, es volvernos hábiles al recibir lo que Dios nos ha dado. Su trabajo es aprender fe. 

    Capitulo 2  Contendientes

    ––––––––

    Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

    Judas 1:3

    El único capitulo de Judas en la Biblia, contiene el lenguaje más fuerte sin golpes incluidos, que encontramos en la Escritura. El habla, no de manera casual, sino con urgencia, exhortando al cuerpo de Cristo a escuchar y a poner las cosas en marcha. Comienza su carta con una petición apasionada acerca de un tema en particular: el tema de la fe.

    Aquí, podemos encontrar al autor halando acerca de la fe. (Usualmente utilizamos esta frase la fe para referirnos al cristianismo en sentido general. La mayoría hemos escuchado a alguien hablar acerca de otra persona, diciendo, ellos han venido a la fe. Todos hemos escuchado la frase manténgase en fe.) Utilizamos esta frase la fe para pintar el cristianismo con una brocha gruesa, como si lo fuera, pero no es así como se utiliza esta frase en este pasaje.

    La palabra la ni siquiera está presente en el lenguaje griego original. (Esto es real, no solo para este pasaje, sino también para muchos de los pasajes donde encontramos la frase la fe). No debería leerse la fe, sino simplemente fe. Descubramos lo que Judas estaba realmente diciendo aquí:

    Contiendan por fe, como fue originalmente dado a los santos.

    Judas estaba refiriéndose, no al cristianismo en general, sino que estaba hablando específicamente acerca del tema fe: la parte de los creyentes necesaria para recibir de Dios.

    Judas estaba diciendo, en esencia, Muchachos, quiero escribirles de manera más general acerca de nuestras creencias en común, pero fui arrestado en mi interior, movido a escribirles específicamente acerca de fe como lo aprendieron originalmente. Para que Judas sintiera tal urgencia, debió haber habido algo torcido en El Cuerpo. Para que el especificara las enseñanzas originales de fe (de una vez por todas), tuvo que haber existido algunas enseñanzas que estaba reemplazando a la original: una versión falsa de fe enmascarando a la original. De hecho, eso era exactamente lo que estaba sucediendo. Judas, en el siguiente versículo, nos da una muestra de las circunstancias que estaban amenazando con eliminar la pureza de la fe de los creyentes.

    Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.

    Judas 1:4

    GRACIA MALA

    Al referirse a la fe corrompida de un creyente, Judas comprendía la razón por la cual las personas resbalaban con estas enseñanzas erróneas y creencias retorcidas. Estas personas no se enfocaban en sus enseñanzas acerca de fe, sino, en el tema de la gracia. Judas les dijo a los creyentes que contendieran por fe porque ciertos individuos habían venido a pervertir la gracia de Dios.

    A primera vista, esto no hace mucho sentido. ¿Por qué Judas no le dijo a la iglesia que contendiera por gracia como fue entregada a los santos? ¿Por qué hablo con tanta urgencia acerca de fe en un versículo y en el siguiente señalo los errores que rodeaban la gracia? Porque la fe y la gracia están conectadas. Un pensamiento equivocado acerca de la gracia nos llevara a un pensamiento equivocado de la fe.

    Recuerde, la gracia es la parte de Dios de la redención. La fe es nuestra parte. Nuestra parte es la de responder a Su parte (recibir

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