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El libro de los ángeles
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Libro electrónico325 páginas4 horas

El libro de los ángeles

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Información de este libro electrónico

La Cábala —tradición hebrea de la interpretación judía del Antiguo Testamento— menciona 72 ángeles. A ellos suele conocérselos con el nombre de Ángeles Cabalísticos o Ángeles de la Cábala, aunque a veces también aparecen mencionados como Genios o Ángeles de los Quinarios.

Se trata de entidades espirituales que sirven a Dios y a su obra creadora, el hombre, ayudándolo a evolucionar espiritualmente. Según la magia cabalística, estas entidades angélicas poseen una fuerza y un poder especial. Buena parte de este volumen trata, precisamente, de esos 72 ángeles que poseen una potencia y un poder particular y que pueden ayudarnos a encaminarnos de manera más certera en el sendero ascendente de la evolución espiritual.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 mar 2012
ISBN9789876480505
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    El libro de los ángeles - Nadine Mirabeaux

    el libro

    de los ángeles

    Nadine Mirabeaux

    V%209.jpg

    Meditaciones y rituales para evolucionar espiritualmente

    ebookargentino-isologo.eps

    Mirabeaux, Nadine

    El libro de los ángeles. - 1a ed. - Buenos Aires : EBook Argentino, 2012.

    E-Book.

    ISBN 978-987-648-050-5

    1. Angeología. I. Título

    CDD 235

    El libro de los ángeles

    © 2012 Nadine Mirabeaux

    © 2012 de esta edición eBook Argentino

    Alberdi 872, C1424BYV, C.A.B.A., Argentina

    info@pampia.com

    www.pampia.com

    Director Editorial: José Marcelo Caballero

    Coordinadora de edición: Marcela Serrano

    Ilustraciónes de cubierta: HM

    ISBN: 978-987-648-050-5

    Primera edición eBook:Marzo 2012

    Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida por ningún medio sin permiso del editor.

    Any unauthorized transfer of license, use, sharing, reproduction or distribution of these materials by any means, electronic, mechanical, or otherwise is prohibited. No portion of these materials may be reproduced in any manner whatsoever, without the express written consent of the publishers.

    Published under the Copyright Laws 11.723 Of The Republica Argentina.

    Hecho en Argentina

    Índice

    DEDICATORIA

    Introducción

    I – Los ángeles y la Biblia

    II – Clasificación y jerarquía

    Serafines

    Los cuatro arcángeles principales y

    III – Testimonios de contactos

    Viajar con los ángeles

    IV – Cómo contactar

    Oraciones al Ángel de la Guarda

    Ocho reglas de oro para contactar con los ángeles

    La Cábala - Tradición Hebrea

    El Árbol de la Vida

    Los ángeles y la Cábala

    1 – Vehuiah

    2 – Jeliel

    3 – Sitael

    4 – Elemiah

    5 – Mahasiah

    6 – Lelahel

    7 – Achaiah

    8 – Cahethel

    9 – Haziel

    10 – Aladiah

    11 – Loviah

    12 – Hahaiah

    13 – Iezabel

    14 – Mebahel

    15 – Hariel

    16 – Hakamiah

    17 – Lauviah

    18 – Caliel

    19 – Leuviah

    20 – Pahalial

    21 – Nelchael

    22 – Ieiaiel

    23 – Melahel

    24 – Haiuiah

    25 – Nithaiah

    26 – Haaiah

    27 – Ierathel

    28 – Seheiah

    29 – Reuel

    30 – Omael

    31 – Lecabel

    32 – Vasariah

    33 – Iehuiah

    34 – Lehahiah

    35 – Chavakiah

    36 – Menadel

    37 – Aniel

    38 – Haamiah

    39 – Rehael

    40 – Ieiazel

    41 – Hahahel

    42 – Mikael

    43 – Veualiah

    44 – Ielahiah

    45 – Sealiah

    46 – Ariel

    47 – Alaliah

    48 – Mihael

    49 – Vehuel

    50 – Daniel

    51 – Hahasiah

    52 – Imamiah

    53 – Nanael

    54 – Nithael

    55 – Mebahiah

    56 – Poiel

    57 – Nemahiah

    58 – Ieialel

    59 – Harel

    60 – Mitzrael

    61 – Umabel

    62 – Iahel

    63 – Anauel

    64 – Mehekiel

    65 – Damabiah

    66 – Manakel

    67– Eiael

    68 – Habuhiah

    69 – Rochel

    70 – Jabamiah

    71 – Haiaiel

    72– Mumiah

    DEDICATORIA

    A mi hija María mi ángel en esta tierra, a mi esposo Lucas quien desde el cielo nos guía como ángel guardián, a todos aquellos que acompañan mi transición en este mundo.

    "Cuando ores,

    mueve los pies"

    Proverbio africano

    Introducción

    V%204%20copy.jpg Toda persona sabe qué es un ángel. Aunque —contrariamente a los afortunados individuos cuyos testimonios aparecen en el capítulo III— no todos puedan dar cuenta de un contacto efectivamente producido, cada uno de nosotros podrá ofrecer una descripción similar de estos seres celestiales: se trata de criaturas increíblemente parecidas a los seres humanos, pero con la peculiaridad de ser alados. En general, prácticamente todos nosotros los asociaríamos con el sexo masculino: a pesar de que un conocido dicho reza que los ángeles no tienen sexo, lo cierto es que buena parte de la iconografía los muestra con rostros de varón. Asimismo, no pocos les adjudicaríamos características aniñadas, debido a que múltiples y muy importantes cuadros y frescos de célebres artistas muestran de esa manera a una clase particular de seres angélicos: los querubines, que casi siempre han sido retratados como niños de corta edad y más bien rechonchos.

    La cultura nos ha acercado a lo largo de los siglos múltiples imágenes de los ángeles y lo ha hecho desde prácticas artísticas, concepciones y épocas muy diversas. Los ángeles están en las pinturas religiosas de la edad Antigua, Media y Moderna; bajo diversas formas, aparecen en cuentos y novelas; canciones dirigidas a jóvenes y adolescentes actuales hablan de ángeles (de hecho, una multitud corea Ángel en cada recital del exitoso Robbie Williams) y el cine, de cuando en cuando, también nos ofrece desde su pantalla alguno de estos seres celestiales alados, últimamente ya a veces sin alas a la vista, ataviados con sobretodo y dispuestos a permutar su celestial eternidad por una más breve, pero placentera y sensorial, estancia en la Tierra tal como sucede en Las alas del deseo.

    Alas, sobretodos, niños rechonchos, presencia en canciones de moda y en frescos medievales, pero… ¿qué es, en definitiva un ángel? ¿Qué son los ángeles? ¿Son todos iguales? ¿Cuál es su misión? Vayamos por partes.

    Los ángeles son criaturas espirituales que ejercen la función de mediación y de ministerio en las relaciones entre Dios y los hombres.

    Tal como se podrá ver en el capítulo siguiente, ya desde la Biblia se tiene referencias acerca de ellos, pero el judeo-cristianismo no es la única rama religiosa que contempla su existencia. De hecho, en las religiones de India, Persia, China y Egipto aparecen los ángeles o, con otra denominación, lo hacen seres que cumplen funciones extremadamente parecidas. Exacto: en la mayoría de las religiones existen entidades espirituales similares y en todas se les atribuye la labor de ayudar al Ser Supremo, así como también la posesión de facultades tales como volar o materializarse frente a contadas y específicas personas.

    ¿Cuántos son los ángeles? No hay manera de saberlo a ciencia cierta, pero su cantidad es verdaderamente inmensa. Baste considerar que cada persona tiene su ángel de la guarda único y personal para darse una idea de a qué numero puede llegar su cantidad. Además, existen otras legiones de ángeles: protectores de cada signo zodiacal, regentes de los elementos de la naturaleza, etc.

    En este libro, nos ocuparemos principalmente de un grupo de ángeles: los setenta y dos ángeles cabalísticos, entidades celestiales emanadas del Antiguo Testamento, cada una de las cuales tiene un espectro energético de correspondencias (planeta, aroma, flor, etc.) y que, de acuerdo a las cuestiones o áreas que rigen, permiten meditar acerca de cuestiones que resultan de trascendental importancia para la evolución espiritual del ser humano.

    Sin embargo para llegar a ellos, harán falta unos capítulos previos que informen al lector acerca de ciertas cuestiones angélicas. De manera más general e histórica, la mención de los ángeles en la Biblia y las jerarquías angélicas. De manera más práctica y actual, una serie de testimonios que, efectivamente, son prueba de que es posible contactar a los ángeles y una serie de tips o consejos para propiciar ese vínculo.

    Luego sí, los 72 ángeles cabalísticos.

    1. Acerca de

    los ángeles

    V%205%20copy.jpgSeparador%20verde.jpg

    I – Los ángeles y la Biblia

    V%2011.jpg

    Tal como lo adelantamos en la Introducción, en la Biblia, más específicamente el Antiguo Testamento, abunda en menciones y citas a los ángeles. Algunas de ellas son:

    * El Señor se apareció a Abraham en los sagrados árboles de Mamre. Cuando Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda durante la hora más cálida del día, vio a tres hombres, tres ángeles, que están de pie allí. En cuanto él los viera, corrió afuera para encontrarse con ellos. Arqueando su cuello hasta tocar tierra, dijo: Señores, por favor, no pasen por mi casa sin detenerse; estoy aquí para servirles. Permítanme traer un poco de agua para lavar sus pies y que puedan descansar aquí, bajo este árbol. También traeré un pedazo de comida que les dará fuerza para continuar su jornada. Ustedes me han honrado viniendo a mi casa, así que permítanme servirles".

    Ellos contestaron: Gracias, aceptamos.

    Abraham fue deprisa a la tienda y dijo a Sara: Rápido, coge un poco de nuestra mejor harina, y cuece un poco de pan.

    Después corrió a la manada y escogió un ternero que era tierno y gordo, y se lo entregó a un sirviente que se dio prisa para prepararlo. Tomó un poco de crema, algo de leche y de carne, y puso la comida ante los hombres. Allí bajo el árbol se lo sirvió y comieron.

    Entonces ellos le preguntaron: ¿Dónde está su esposa Sara?.

    Está allí, en la tienda, contestó.

    Uno de ellos dijo: Nueve meses desde ahora vendrán, y su esposa Sara tendrá un hijo.

    Sara estaba detrás de él, escuchando en la puerta de la tienda. Abraham y Sara eran muy viejos, y a Sara le había faltado ya la costumbre de las mujeres. Ella se rió y dijo: Conque después que ya estoy vieja, y mi señor lo está más, pensaré en usar del matrimonio

    Entonces el ángel le preguntó a Abraham: ¿Por qué se ríe Sara?.

    Y respondió: ¿Puedo tener realmente un niño cuando soy tan viejo? ¿No es esto un trabajo muy difícil para el Señor?.

    Como ya dije, nueve meses pasarán y Sara tendrá un hijo, respondió el ángel"

    Génesis

    * "Entonces los ángeles salieron y fueron a un lugar donde ellos pudieran mirar a Sodoma, y Abraham fue también.

    Y el Señor le dijo: Yo no ocultaré a Abraham lo que voy a hacer. Sus descendientes construirán una gran poderosa nación, y a través de él Yo bendeciré todas las naciones. Yo lo he escogido para que pueda ordenar a sus hijos y a sus descendientes obedecerme y hacer lo que es correcto y justo. Si ellos lo hacen, Yo haré todo lo que he prometido.

    Entonces el Señor siguió diciendo a Abraham: Hay imputaciones terribles contra Sodoma y Gomorra, y su pecado es muy grande. Debo bajar para averiguar si las imputaciones que he oído son verdad.

    Entonces los dos ángeles salieron y siguieron hacia Sodoma, pero el Señor permanecía con Abraham.

    Se acercó Abraham al Señor y preguntó: ¿Vas realmente a destruir al inocente y al culpable? ¿Si hay cincuenta personas inocentes en la ciudad, destruirás la ciudad entera? ¿No les perdonarás a todos para evitar la muerte de esos cincuenta inocentes?.

    El Señor contestó: Si yo encuentro a cincuenta personas inocentes en Sodoma, perdonaré a la ciudad entera.

    Abraham habló de nuevo: Por favor, perdona mi intrepidez por continuar hablándote, Señor. Sólo soy un hombre y no tengo ningún derecho para decir algo. Pero si hay sólo cuarenta y cinco personas inocentes en lugar de cincuenta, ¿destruirás la ciudad entera porque faltan cinco?.

    El Señor contestó: No destruiré la ciudad si encuentro en ella a cuarenta y cinco personas inocentes.

    Abraham habló de nuevo: Quizá solamente haya cuarenta.

    Él contestó: Yo no lo destruiré si hay cuarenta.

    Abraham dijo: Por favor no te enfades, Señor, pero debo hablar de nuevo. ¿Qué pasaría si hay sólo treinta?.

    Él dijo: No lo haré si encuentro treinta.

    Abraham dijo: Por favor, perdona mi intrepidez al continuar hablándote, Señor. Supón que solamente encuentras a veinte.

    Él dijo: No destruiré la ciudad si encuentro veinte.

    Abraham dijo: Por favor no te enfades, Señor, pues sólo hablaré una vez más. ¿Qué pasará si encuentras sólo diez?.

    Él dijo: No lo destruiré si hay diez.

    Cuando los dos ángeles llegaron de nuevo a Sodoma, Lot, el sobrino de Abraham, estaba sentado en la puerta de la ciudad. En cuanto los vio, se levantó y fue a su encuentro y les dijo:

    Estoy aquí para servirles. Por favor, vengan a mi casa para lavarse los pies y pasar la noche. Por la mañana pueden levantarse temprano y seguir su camino.

    Pero ellos contestaron: No, nosotros no pasaremos la noche aquí en la ciudad.

    Él siguió insistiendo, y finalmente fueron a su casa. Lot dijo a los sirvientes que cocieran un poco de pan y preparasen una buena comida para los invitados. Después de comer y antes de que los invitados se acostaran, los hombres de Sodoma rodearon la casa.

    Todos los hombres de la ciudad, jóvenes y viejos, estaban allí y preguntaron: ¿Dónde están los hombres que han venido a quedarse esta noche contigo? ¡Tráelos a nosotros!, pues los hombres de Sodoma quieren tener contacto carnal con ellos.

    Lot salió fuera y cerró la puerta tras de sí. Les dijo: Amigos, os lo ruego, no hagáis semejante maldad. Si queréis, yo tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Permitidme sacarlas para vosotros, y que podáis hacer cualquier cosa que deseéis con ellas. Pero no hagáis nada a estos hombres, pues son invitados en mi casa, y yo debo protegerlos.

    Pero ellos dijeron: ¡Sal de aquí extranjero! ¿Quién eres para decimos lo que podemos hacer? Fuera de aquí o te trataremos peor que a ellos.

    Empujaron a Lot y abrieron la puerta, pero los dos ángeles metieron a Lot dentro de la casa y cerraron la puerta. Luego, volvieron a todos los hombres ciegos para que no pudieran encontrar la puerta.

    Los dos ángeles dijeron a Lot: Si tienes a otros parientes aquí en esta ciudad, sácalos porque vamos a destruir este lugar. El Señor ha oído las terribles palabras de estas personas y nos ha enviado para que destruyamos Sodoma. Entonces Lot fue a buscar a los hombres con los cuales se iban a casar sus hijas y les dijo: ¡Deprisa, salid de aquí, pues el Señor va a destruir este lugar!. Pero ellos pensaron que Lot estaba hablando en broma.

    Al alba los ángeles intentaron que Lot se apresurara. ¡Rápido!, dijeron. Toma a tu esposa y a tus dos hijas y sal fuera, para que así no pierdan sus vidas cuando la ciudad sea destruida.

    Lot dudó. El Señor, sin embargo, se apiadó de él y para que todos salieran de la ciudad envió de nuevo a los ángeles. Corred para salvar la vida, les dijeron. No miréis atrás y no os detengáis en el valle. Correr a las colinas.

    Pero Lot contestó: No, por favor, no nos hagas hacer esto, Señor. Me has hecho un gran favor y has protegido mi vida, pero las colinas están demasiado lejos; el desastre me dará alcance y me moriré antes de llegar allí. ¿Ves ese pueblo pequeño? Permíteme ir allí, pues en ese lugar estaré seguro.

    El ángel le contestó: Bien, estoy de acuerdo, no destruiré ese pueblo pequeño. ¡Deprisa! ¡Corre! No os haré nada, pero no miréis atrás.

    Génesis

    * Pero el Ángel del Señor le llamó desde el cielo: ¡Abraham, Abraham!.

    Él contestó, Sí, aquí estoy.

    No hieras al muchacho, ahora sé que eres honrado y obedeces a Dios, porque ni siquiera has ocultado a tu único hijo. Abraham echó una mirada alrededor y vio un carnero atrapado en un arbusto por sus cuernos.

    Lo cogió y se lo ofreció como ofrenda en lugar de su hijo. El Ángel del Señor llamó a Abraham desde el cielo nuevamente: Yo te bendigo y te daré bienes, pues no ocultaste a tu único hijo de mí. Te prometo que te daré tantos descendientes como estrellas hay en el cielo o granos de arena a lo largo de la costa. Tus descendientes conquistarán a sus enemigos y todas las naciones me pedirán que los bendiga como he bendecido a tus descendientes.

    Génesis

    * Alrededor de él estaban de pie las criaturas, cada una de ellas con seis alas. Cada criatura cubría su cara con dos alas, su cuerpo con dos, y usaban las otras dos para volar. Todos estaban convocando a los hombres: ¡Santo, santo, santo! ¡El Señor es omnipotente y santo! ¡Su gloria llena el mundo!".

    El sonido de sus voces sacudió el templo, y el propio templo se llenó de humo.

    Yo dije: No hay esperanza para mí, pues me condenaré porque cada palabra que sale de mis labios es pecadora, y vivo entre personas cuyas palabras son pecadoras.

    Entonces una de las criaturas voló abajo y llevando un carbón ardiente que había cogido del altar, tocó mis labios y dijo: Esto ha tocado tus labios, y ahora tu culpa y pecados han sido perdonados.

    Isaías

    * "Yo buscaba cobijo y vi un huracán que venía del norte. Los relámpagos provenían de una nube grande, y el cielo a su alrededor brillaba. Donde el relámpago estaba encendido, algo brilló de un intenso color bronce. En el centro de la tormenta vi lo que parecían cuatro criaturas vivientes con forma humana, pero cada una de ellas tenía cuatro caras y cuatro alas. Sus piernas eran rectas, y tenían pezuñas como la de los toros. Todos brillaban de un bronce pulido. Además de sus cuatro caras y cuatro alas, cada uno tenía cuatro manos humanas, una bajo cada ala. Dos de las alas de cada criatura se extendieron fuera para formar un cuadrado, con sus alas inclinadas tocándose. Cuando se movieron lo hicieron como si fueran un solo cuerpo. Cada ángel, pues eso es lo que eran en realidad, tenía cuatro caras diferentes: una cara humana delante, la cara de un león a la derecha, la cara de un toro a la izquierda, y

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