Explora más de 1,5 millones de audiolibros y libros electrónicos gratis durante días

Al terminar tu prueba, sigue disfrutando por $11.99 al mes. Cancela cuando quieras.

El Adn De La Plantación De Iglesias: Sanas, Fuertes Y Reproductivas
El Adn De La Plantación De Iglesias: Sanas, Fuertes Y Reproductivas
El Adn De La Plantación De Iglesias: Sanas, Fuertes Y Reproductivas
Libro electrónico267 páginas3 horas

El Adn De La Plantación De Iglesias: Sanas, Fuertes Y Reproductivas

Calificación: 4.5 de 5 estrellas

4.5/5

()

Leer vista previa

Información de este libro electrónico

Este libro presenta once aspectos generales del ADN de la plantación de Iglesias que son aplicables en cualquier parte del mundo. Analicemos juntos el tipo de iglesia que deseamos plantar.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento1 ene 2017
ISBN9789874225276
El Adn De La Plantación De Iglesias: Sanas, Fuertes Y Reproductivas

Relacionado con El Adn De La Plantación De Iglesias

Libros electrónicos relacionados

Cristianismo para usted

Ver más

Categorías relacionadas

Comentarios para El Adn De La Plantación De Iglesias

Calificación: 4.5 de 5 estrellas
4.5/5

4 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El Adn De La Plantación De Iglesias - Rocco DiTrolio

    PRESENTACIÓN

    Rocco DiTrolio es ministro ordenado de las Asambleas de Dios desde 1982.

    Obtuvo su título en estudios teológicos en University at Valley Forge y un máster en Arte en Ministerio Cristiano en el Seminario Teológico de las Asambleas de Dios de Springfield, Missouri. Ha servido en México, Paraguay, España e Inglaterra. Desde 1988 ha plantado iglesias en la Argentina, en distintas ciudades de Santa Fe y Formosa, bajo la cobertura de la Unión de las Asambleas de Dios.

    En 1999 fundó el ministerio nacional de plantación de Iglesias VEN (Visión de Extensión Nacional). Actualmente es el pastor del Centro Cristiano Vida, en San Isidro, Buenos Aires, y es el fundador de la Red de Plantadores, un centro de recursos, investigación y entrenamiento para plantadores de iglesias.

    Se casó con Ellen en 1983 y tuvieron dos hijos: Stephen y Christopher. Ella partió con el Señor el 19 de agosto de 2015.

    CONTENIDO

    Recomendaciones

    Prólogo de Carlos Annacondia

    Introducción

    ADN 1: Llamado y viaje a la Argentina

    ADN 2: La necesidad de plantar iglesias

    ADN 3: El diseño y propósito de la nueva iglesia

    ADN 4: Los objetivos de La nueva iglesia

    ADN 5: Métodos de evangelizaron

    ADN 6: El valor del obrero

    ADN 7: Programa de preparación personal del obrero

    ADN 8: Recursos e ideas para la plantación de iglesias

    ADN 9: Formación del nuevo creyente

    ADN 10: Estructura de La nueva iglesia

    ADN 11: EL futuro de la nueva iglesia

    Conclusión

    Red de plantadores para Iberoamérica

    Bibliografía

    APÉNDICES

    1. Evaluación de los dones espirituales y la tabla del crecimiento ministerial de los nuevos fundadores de iglesias

    2. Manual para la selección de fundadores de iglesias

    3. Modelo de reglamento

    4. Instructivo. Preparando a la nueva generación de pastores

    5. Materiales

    6. Mentores

    7. Guía de evaluación de mentoreado

    RECOMENDACIONES

    Rocco DiTrolio ha sido usado por Dios en la evangelización y plantación de iglesias en la Argentina. Su libro es una lectura obligada para cualquier persona interesada en ver la expansión del reino de Cristo.

    Jim Cymbala, pastor en Brooklyn Tabernacle, EE.UU.

    Rocco DiTrolio es un hombre de Dios con mucha gracia y visión. He visto su trabajo y pasión por la plantación de Iglesias, algo que se contagia al conversar con él. Estoy seguro de que este libro encenderá nuestro corazón en la extensión del reino de Dios.

    Sergio Cáceres, Presidente Nacional, Iglesia Internacional del Evangelio Cuadrangular, Argentina

    Recomiendo este hermoso libro a todos los que tienen la carga por la plantación de iglesias y que anhelan adquirir herramientas para realizar su trabajo. Transmite estrategias prácticas, de fácil implementación, lo que lo hace muy atractivo.

    Roberto Ruz, Superintendente Asambleas de Dios, Chile

    Rocco escribe este libro no solo desde lo teórico, sino con la experiencia de establecer muchas iglesias en nuestra Nación.

    Este libro te motivará a involucrarte en la necesidad de la plantación de nuevas iglesias para ganar el mundo para Cristo.

    Rubén Martearena, pastor en Formosa, Argentina

    Desde mi primera charla con el pastor Rocco Di Trolio conocí a un hombre apasionado por la plantación de iglesias. Él ha dedicado sus mejores esfuerzos a esta tarea, y pudo ver el fruto en decenas de iglesias plantadas a lo largo de la Argentina.

    Recomiendo la lectura de este libro, el que sin dudas nos inspirará a creer que es posible seguir plantando nuevas iglesias.

    Mario Morana, pastor en San Telmo, Buenos Aires, Argentina

    He conocido a Rocco DiTrolio por cerca de treinta años, y si algo se ha distinguido en él es la pasión por las almas y la plantación de iglesias en todo el país. Por eso creo que todo su conocimiento y experiencia será de una ayuda e inspiración invaluable para aquel que quiera servir al Señor en la plantación de iglesias.

    Pablo P. Silberbeib, pastor en Resistencia, Chaco

    Rocco DiTrolio es un hombre de visión y pasión por ganar almas. Esto tiene que ser viral, ¡contagioso a los demás! para la expansión del reino de Dios.

    la lectura de este libro te ayudará a entender el corazón de Dios.

    Emilio Abreu, pastor en Asunción, Paraguay

    Este no es solamente un libro de testimonios inspiradores. Es un manual práctico para los que han entendido que el verdadero llamado de Dios a la iglesia es la extensión del evangelio hasta lo último de la tierra.

    David Greco, pastor de Kingsgate Church, Woodland Park, New Jersey

    La iglesia del siglo XXI necesita replantearse la necesidad de identificar su razón de ser en el mundo. Plantar iglesias es una meta que deber ser prioridad y, junto con la evangelización, cada denominación, iglesia local o pastor, debería darle la máxima atención. Así que, felicito a Rocco DiTrolio por la iniciativa de este libro; que sirva de inspiración y ánimo en la visión de multiplicar más iglesias.

    Juan Carlos Escobar, Presidente Nacional de Asambleas de Dios de España

    PRÓLOGO

    Quisiera que este libro lo lean muchos ministros, hombres de Dios, jóvenes dispuestos a pagar el precio de servir a Dios abriendo iglesias en aldeas, pueblos y ciudades. Cada iglesia que se abre es una puerta al cielo para que la gente que sufre encuentre una salida en Jesús.

    Abran iglesias en todos los rincones de la tierra.

    Escucho la voz de Dios que les dice:

    Diles que confíen en los discípulos que están a su lado, los obreros, los matrimonios jóvenes. No tarden, abran iglesias. La mies es mucha y pocos los obreros. ¿Hasta cuándo van a esperar para enviarlos? Yo los voy a cuidar -dice el Señor -. Deben ser llenos del Espíritu Santo y de buen testimonio.

    Si alguien me preguntara qué pienso sobre abrir iglesias, le diría que debería haber una iglesia en cada esquina, para que el cuidado de las almas sea más personal. De esta manera también podemos conocerlas a todas. Que podamos salir a buscar a las ovejas perdidas.

    Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:

    ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

    -Lucas 15:1-7

    Rocco y Elena: Gracias por ser valientes y por escribir este libro.

    -CARLOS ANNACONDIA-

    INTRODUCCIÓN

    Este libro integra once aspectos generales para la plantación de nuevas iglesias que son aplicables en cualquier parte del mundo. Mi deseo es que juntos analicemos la iglesia que procuramos fundar.

    Enfatizaré la necesidad de aprender a diseñar los objetivos de una nueva iglesia, los métodos a usar y la importancia de la labor del fundador y su equipo. También veremos cómo adquirir los recursos necesarios para el programa de discipulado, y la importancia de la formación del nuevo creyente. Estudiaremos la vida de la nueva iglesia y, finalmente, la autonomía del nuevo cuerpo de creyentes.

    Las clases para mi master en Arte y Ministerio Cristiano me ayudaron mucho, pero sobre todo los casi treinta años en la plantación de iglesias que formaron mi filosofía acerca de este ministerio tan vital en la extensión del reino de Dios. Creo firmemente que la manera más importante de cambiar una ciudad, una nación y el mundo es a través de la plantación de iglesias.

    Estamos a punto de embarcarnos en un viaje maravilloso.

    EL ADN DE LA

    PLANTACIÓN DE IGLESIAS

    Todo comenzó con mi llamado al ministerio cuando era niño y vivía en los Estados Unidos; ya en ese tiempo quería servir al Señor plantando iglesias. A los 18 años participando de una reunión de la Convención Nacional, estuve en las tribunas escuchando el mensaje de la noche que se basó en 1 Reyes 19 y se enfocó en la respuesta de Eliseo al llamado que le hizo Elías. Como respuesta Eliseo utilizó de leña el arado con el que trabajaba hasta ese momento, coció la carne de los bueyes para ofrecerla al pueblo y dejó todo para dedicarse al servicio. Dios tocó mi corazón con esta palabra de manera que me entregué para servirlo a tiempo completo.

    Mientras estudiaba en el Seminario de Pensilvania para prepararme, Dios siguió confirmando su llamado en mi vida. Yo pensaba que iba a plantar iglesias en los Estados Unidos, en la zona norte y noreste, donde hay pocas congregaciones, ese era mi anhelo; sin embargo el Señor tenía otros planes.

    Después de estudiar me fui a Nueva York para pastorear a los jóvenes, resultó una buena experiencia como pastor asociado. También tuve la oportunidad de hacer un viaje misionero a México.

    Al regresar de ese viaje, estando en un parque con Elena, mi esposa, le pregunté si sentía lo mismo que yo en cuanto al llamado de Dios. Ella me contestó que sí. En ese tiempo llevábamos un año de casados. Los dos coincidimos en que teníamos que dejar la iglesia donde nos congregábamos, pero aún no teníamos una respuesta de Dios sobre a dónde ir, recién Él empezaba a llamarnos para ser misioneros. Entonces comenzamos a salir a predicar y a visitar otras congregaciones.

    Justo en ese tiempo, mi hermano, que estaba como misionero en Paraguay, me preguntó por medio de un correo si quería ir a predicar en unas campañas. Con Elena le dijimos que sí. Tomamos toda la ofrenda que la iglesia nos dio y compramos los pasajes para ir a Asunción, Paraguay. Allí predicamos en la campaña todas las noches. Dios fue fiel en confirmar su llamado.

    Después de esas prédicas tuvimos la oportunidad de visitar la Argentina. Un día mi hermano nos dijo: Vamos a un encuentro de misioneros -un retiro en la Cumbreci- ta, Córdoba-, si quieren pueden acompañarnos. Nosotros otra vez contestamos: Sí, sí vamos. Así que fuimos en auto desde Paraguay. La primera noche nos quedamos en la ciudad de Santa Fe, sin conocer nada del país, ni del idioma, ni nada. Fue interesante porque después de un tiempo volvimos y vivimos en esa misma ciudad dieciséis años, mientras plantábamos iglesias. Sí, Dios tenía un propósito con nosotros.

    Seguimos el viaje, y surgió un problema con el auto; tuvimos que quedarnos una semana en la ciudad de Rosario porque los mecánicos no podían conseguir los repuestos del vehículo; se habían quemado dos válvulas del motor y tuvieron que desarmarlo. Durante ese tiempo, el Señor nos dijo: Quiero que vuelvan a esta ciudad, en esta zona y planten iglesias, aunque no conocíamos nada. Por eso cuando me toca hablar al respecto yo titulo mi testimonio: Dos válvulas quemadas y el llamado de Dios.

    Después seguimos viaje hasta Chile. Al regreso fuimos a un encuentro con algunos líderes, pastores y misioneros que tenían muchos años en el servicio. En este tiempo Elena tenía 23 años y yo 24. Los mirábamos y pensábamos si acaso podríamos hacer lo mismo que esas personas, de servir al Señor como misioneros.

    Regresamos a los Estados Unidos, y de allí fuimos a Inglaterra, un viaje de corto plazo, con un grupo de jóvenes; y después a España, donde nos quedamos a vivir tres meses. Allí trabajamos con David Godwin y le ayudamos a plantar una iglesia en Sevilla. David ha escrito un libro sobre plantación de iglesias. Tuvimos el privilegio de trabajar a su lado, aprendimos mucho, nos enseñó sobre la necesidad espiritual que había en ese lugar. Durante la estadía en España recibimos muy buena capacitación. Cuando regresamos presentamos nuestra solicitud para ser misioneros, y empezamos a levantar los fondos para nuestro sostén durante un año y medio. Más tarde fuimos un año a San José de Costa Rica, donde nació nuestro primer hijo, y por fin llegamos a la Argentina el 12 de septiembre de 1988.

    Lo primero que hicimos fue ir a ver a nuestro líder, de la Unión de las Asambleas de Dios, y le hablamos de lo que sentíamos, de ir a trabajar a Rosario.

    El superintendente en ese tiempo era Daniel Graso, le contamos también nuestros proyectos y él nos comentó sobre las obras que ya había en Rosario, y que más allá, en Santa Fe, también en la provincia de Formosa y en La Rioja, la Unión de las Asambleas de Dios, nuestra fraternidad, no tenía ninguna iglesia. Ellos querían abrir algo

    Nos ofrecimos para ayudar en Formosa, y fuimos de viaje a conocer esos lugares, pero sentíamos todavía el llamado a Rosario. Abrimos nuestro corazón a los líderes, comentándoles lo que nos pasaba, y ellos insistieron otra vez con Santa Fe, con Formosa, luego también se habló de Paraná. Oramos y llegamos a la conclusión que Santa Fe era nuestro lugar.

    Fue bueno seguir el consejo de nuestros líderes. Ellos nos dieron una guía, un panorama sobre la situación en Formosa. Nos instalamos en Santa Fe y, desde allí, comenzamos a trabajar para la extensión del reino de Dios. Abrimos la primera iglesia en Formosa, en el año 1989 y, al poco tiempo, en ese mismo año, una obra en Santa Fe.

    Comenzamos a transitar por la Ruta 11 visitando estas obras. Podíamos ver muchas ciudades, y sentíamos la carga de abrir una nueva iglesia en cada uno de esos lugares, en aquella ciudad y la otra de más allá…así pensábamos. Luego surgió el deseo de abrir una obra en Reconquista, que en ese tiempo era una ciudad de cincuenta mil habitantes o más, y no teníamos ninguna obra allí. Entonces empezamos a abrir obras y fue de mucha bendición.

    Hoy en día hay cinco nuevas iglesias en Formosa; nosotros pudimos participar en la apertura de esas obras y en más de diez obras nuevas en la provincia de Santa Fe.

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1