¿Dani Rovira interpretando en una película a un enfermo de cáncer? ¿Él, a quien el día antes de comenzar oficialmente la pandemia, en marzo de 2020, le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin que le puso la vida patas arriba? La idea podía ser muy buena o muy mala. Tuve dudas sobre si estaba ya preparado, si lo tenía suficientemente colocado como para hacer esto. A nivel empírico está curado, pero no sabía si lo tenía resuelto a nivel emocional. Después pensé que a lo mejor no me llegaba otra oportunidad de dejar esta impronta tan ligada a mi experiencia personal, así que me lancé, y ha sido una experiencia absolutamente catártica y sanadora. La película me hizo entender que había concluido ya todos los procesos por los que pasé, confiesa. Y si alguien de método cree que interpretar una experiencia vivida en carne propia resulta tarea fácil, se equivoca. Yo quería conectar con la emoción, pero mi cerebro se negaba. De alguna manera decía: Que no, esto ya lo lloraste, este miedo ya lo viviste, ya fue. Así que tuve que tirar de otras herramientas con las que transmitir en pantalla.
Rovira (Málaga, 1980) lleva 20 años subiéndose a escenarios como monologuista y recorriendo platós de televisión en diferentes formatos de comedia. Soy mejor cómico cuanto más ejerzo, asegura. Ahora mi comedia puede ir cogiendo diferentes tonalidades o grados de madurez