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México tiene una trayectoria histórica tan rica y extraordinaria como sus sabores y colores. La historia mexicana abarca el ascenso y caída de grandes civilizaciones, pasa por la colonización y fusión de las culturas española e indígena, sin olvidar una guerra revolucionaria que cambiaría el espectro político de nuestra nación. Gracias a tanta riqueza histórica, según el Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México 2010, se han catalogado más de 101,578 monumentos históricos en todo el país y contamos con más de 1,150 museos, de los cuales un gran porcentaje alberga vestigios de los episodios más macabros y oscuros de nuestro territorio.
Palacios, plazas y cárceles han sido las locaciones protagonistas de sucesos especialmente crueles donde el sufrimiento y el dolor retumban en sus rincones. Estos sitios han dado pie al turismo oscuro. Este tipo de turismo consta de, según la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), “espacios de situaciones negativas que la mercadotecnia convirtió en lugares atractivos”. Estos puntos, además de llamar la atención de un sinfín de curiosos y morbosos, cuentan con una gran carga de misticismo e historia. ¿Quieres