Nadie dice que no los tomen, lo que queremos es que lo hagan junto con ‘Invítenos a la fiesta’”, decía Susana Harp en entrevista con un periódico nacional en junio de 2019, ante la polémica causada por la colección Resort 2020 de Carolina Herrera, en la que la diseñadora retomó motivos del patrimonio cultural mexicano como un “homenaje”: “La presencia de México es indiscutible en esta colección, es algo que quise dejar latente como una muestra de mi amor por este país y el trabajo tan increíble que he visto hacer allí”, respondió Wes Gordon, director creativo de la marca, en comunicado emitido tras la carta enviada por la secretaria de Cultura de México, Alejandra Fraustro, en la que solicitaba a la empresaria y diseñadora venezolana “una explicación por el uso de diseños y bordados de pueblos originarios”.
“A nosotras, como tejedoras, nos da mucho coraje, cómo es posible que se sigan llevando nuestros saberes, todo lo que hacemos y vendemos. Hemos sido siempre invisibilizadas con un pago injusto por nuestros productos”, dice Rosalinda Santiz Díaz, expresidenta y fundadora de Red de Cooperativas del Sur (Recosur), tejedora y miembro de cooperativa Jolom Mayaetik, una de las 80 organizaciones aliadas de Ensamble Artesano, iniciativa que nació como respuesta a la pandemia Covid-19 para generar la activación económica entre las comunidades indígenas, respetando su identidad patrimonial y cultural, y con quienes platiqué para conocer su trabajo y me ayudaron a visualizar la complejidad de un tema que siempre ha
