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El SIBO se ha instaurado en la cotidianeidad ciudadana de una manera sorprendente. Hace unos meses, el acrónimo en inglés del sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (Small Intestine Bacterial Overgrowth) hubiera podido ser una pregunta rebuscada en cualquier concurso televisivo. A día de hoy, es una tendencia en las redes sociales. Es la enfermedad de moda, viralizada hasta el extremo del sobrediagnóstico, y que ha tenido una explosión mediática que ha sumido al sistema de salud público en la incertidumbre, ante la ausencia de respuestas para miles de personas que han caído en la tentación del autodiagnóstico.
La exposición en las diferentes plataformas de social media y la difusión en algunos medios de comunicación con noticias discrepantes y reportajes alejados de la realidad de una patología descrita desde hace varias décadas han provocado que sociedades médicas en Europa, como la Asociación Española de Neurogastroenterología y Motilidad (ASENEM), se hayan visto en la necesidad de realizar un documento de posicionamiento conjunto con información científica actualizada para dotar a los profesionales médicos y a la población en general de unas líneas de actuación para el correcto diagnóstico y tratamiento del SIBO.
SE VIRALIZA EL SIBO
Poco antes del pasado verano, numerosos ‘influencers’ usaron sus en X (Twitter). En tanto, se ha convertido en un tema recurrente de la calle. El síndrome, desconocido para el gran público, ya forma parte del glosario citadino común tan sólo en Europa. ¿Quién no tiene algún familiar, vecino o conocido que sufre del sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado?