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En agosto de 2017 saltaba la noticia: personal diplomático estadounidense y canadiense en La Habana había experimentado problemas de salud inusuales e inexplicables que se remontaban a finales de 2016. El número de ciudadanos estadounidenses afectados fue de 26.
Todo empezó de forma repentina, con unos ruidos rechinantes que parecían venir desde un lugar específico. Algunos experimentaron como una presión o una vibración, mientras que otros tuvieron una sensación comparable a conducir un automóvil con la ventanilla bajada por la mitad. Estos ruidos, que uno de los afectados describió como «sonidos mecánicos», duraban entre 20 segundos y 30 minutos, y siempre ocurría mientras los diplomáticos estaban en casa o en sus habitaciones de hotel. Lo