vip
Nací en una granja y tuve una educación sencilla en la que me enseñaron valores fundamentales. Con Diesel Farm, propiedad que adquirí en 1994 en las colinas de Marostica, OTB. Desde su enorme porche se ve todo su pueblo natal, Bassano del Grappa (Vicenza, Italia). Algo lógico, ya que para llegar allí hay que ascender en coche hasta la cima de su parcela, que en realidad es una montaña de 100 hectáreas y 300 metros de altura. Ahora, con la reconversión del terreno a la agricultura ecológica, ha ido mucho más allá de la certificación creando una pequeña v prealpina: siete hectáreas de viñedos y seis de olivar (con las variedades y ), de cultivo riguroso sin químicos sintéticos, y un restaurante, Cucina Diesel Farm, que defiende una gastronomía circular con los ingredientes de su huerta y su ganado. El resto de pastos nutre pequeñas explotaciones silvestres y lo demás es todo bosque. «La bodega es su gran capricho. Todos los vinos llevan su apellido», explica su mujer, Arianna Alessi, vicepresidenta de OTB Foundation, CEO de Red Circle Investments, Diesel Farm y Brave Wine, una firma que gestiona inversiones en el sector vitivinícola de alta gama. «A día de hoy, la explotación produce unas 25 000 botellas de vino al año y 3 200 litros de aceite. Las técnicas agronómicas tradicionales se mezclan con otras innovadoras, como el abono verde de flores y la agricultura de secano. Como parte de su misión de potenciar la biodiversidad, Diesel Farm cultiva muchas especies de plantas melíferas para ayudar a proteger a las abejas, que están en peligro de extinción». El matrimonio cree firmemente en el cuidado y la salvaguarda del territorio. Como resume Arianna: «Renzo salvó estas colinas del urbanismo especulativo, ya que iban a ser parceladas y transformadas en residencias; ahora es todo un parque, esto sí es verdadera sostenibilidad».
