urante el siglo XVIII, en los salones de la alta sociedad francesa, el hecho de despedirse de la gente al abandonar una velada o una fiesta era considerado de muy mala educación. De ahí nos viene la expresión "despedirse a la francesa". También decimos "irse a por tabaco", fórmula originalmente acuñada, de (fantasma en inglés). Terminar de forma abrupta una relación afectiva sin decir nada, sin dejar rastro. Paradójicamente en los tiempos de la hiperconectividad digital esta práctica no deja de intensificarse. Las aplicaciones para buscar pareja son terreno fantasmal y WhatsApp es el reino de los "me dejó en visto". El formato encaja a la perfección en la época del amor de consumo. No son pocos los que coleccionan una larga serie de fantasmas en su lista de contactos. Pero también es verdad que en la era digital vivimos bajo la dictadura de la disponibilidad y la instantaneidad. Una carta de amor tardaba un tiempo en llegar y siempre cabía la posibilidad de que se hubiese extraviado. Hoy en día no hay duda: tiene el doble tick azul, ¡lo ha visto! El temido "tenemos que hablar" ha dejado paso a un tajante "si te he visto no me acuerdo". Las víctimas de esta práctica se encuentran frente a un silencio que da paso a la imaginación, las dudas y los fantasmas más tormentosos. Entre las razones de los victimarios no solo encontramos el miedo o la pereza , y no siempre el que es un egoísta insensible; algunos dedican tanto tiempo a buscar las palabras adecuadas para decir un adiós, que terminan por procrastinar y abandonan el mensaje en su bandeja de borradores.
¿MIEDO AL GHOSTING?
May 23, 2024
2 minutos
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