SU cara protagonizaba las portadas de todas las revistas, su nombre estaba ligado a los programas más exitosos de la década de los 90 y vivió los sinsabores que, en ocasiones, provoca la maquinaria que envuelve a la televisión.
Arantxa del Sol (51) probó las mieles del éxito, el deslumbrar de los focos y los objetivos de las cámaras, pero todo se esfumó de un momento a otro. “Yo no me quise retirar.